Investigan las políticas lingüísticas aplicadas a las lenguas indígenas en México

Ciudad de México- En México, 6.5 por ciento de la población total habla alguna lengua indígena, además existen 68 pueblos indígenas hablantes de 68 lenguas diferentes y 364 variantes etnolingüísticas; sin embargo, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta 2015, 13 de cada 100, solo pueden expresarse en su lengua materna.

Por esta razón y con el objetivo de desarrollar una propuesta de reforma en el estatus de las lenguas indígenas, Daniel Isaac Hernández Espíndola, estudiante mexicano de doctorado en la Universitat Autònoma de Barcelona, España, realiza una investigación titulada Hacia una identidad plurilingüe en educación: un estudio crítico sobre las políticas lingüísticas europeas y latinoamericanas aplicadas a las lenguas indígenas de México, con el que recibió el premio del público (Conacyt-Fujitsu) en las Jornadas de Cooperación Conacyt-Catalunya y la beca Conacyt al Extranjero 2016.

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En entrevista, Hernández Espíndola relató que su proyecto comenzó hace casi tres años luego de haber sido becado por el programa Erasmus Mundus de la Comisión Europea.

“Viajé a España a hacer una maestría en multilingüismo y cuando estuve cursándola vi que en varios países de Europa procuraban mucho sus lenguas minoritarias y creaban leyes para cuidarlas. Son cosas que en muchos países de Latinoamérica todavía no existen”, señaló.

De acuerdo con Daniel Hernández, en el contexto mexicano existe una gran diversidad de lenguas indígenas y a pesar del reconocimiento de dichas lenguas en México, no han tenido una participación activa en los ámbitos nacionales ya que solo abarcan la educación básica.

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Es por eso que su estudio se encarga de analizar el desarrollo y establecimiento de diversas políticas lingüísticas en regiones de América Latina y Europa para poder identificar las características que podrían ser objeto de implementación en el paisaje lingüístico de México.

“Lo que hago es analizar las políticas lingüísticas de seis países del mundo: tres países europeos y tres países latinoamericanos, que tienen una política lingüística ya desarrollada para saber qué es lo que tienen hecho, cómo lo han hecho, cuál ha sido el contexto en las lenguas, la cantidad de hablantes, el ámbito educativo y social”, dijo.

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Este análisis se da a través de una colaboración con instituciones en Luxemburgo, Escocia, Cataluña, Perú, Bolivia y Paraguay para obtener un modelo base desde esos contextos donde ya se han protegido e impulsado las lenguas minoritarias.

Asimismo, de acuerdo con Hernández Espíndola, en la investigación se analizan los documentos oficiales que han surgido después de una serie de reformas y debates dentro de dichos territorios que llevaron a la instauración de las lenguas minoritarias como símbolo de identidad nacional e individual.

Este tipo de investigaciones en lingüística aplicadas a políticas son escasas en México, debido a que muchos antropólogos estudian la preservación de las lenguas con un enfoque cultural.

“Donde estoy trabajando existe un grupo de investigación muy fuerte que se dedica a las políticas lingüísticas. Actualmente estoy trabajando en la Facultad de Ciencias de la Educación, y pretendo colaborar con el Grupo de Estudios de Lenguas Amenazadas (GELA). Casi todos los estudios de este tipo que se han hecho acerca de México han sido por extranjeros. Ellos han trabajado por el lado de antropología y conservación pero no tanto con la legislación mexicana”, señaló.

La última innovación en materia de política lingüística en México se dio en el año 2001, con la reforma al artículo 2o de la Constitución Mexicana.