La crueldad y fraudulencia de la ley de seguro médico de Mitch McConnell

Hace algunos días, el tuiteador en jefe le exigió al Congreso que aprobara “una hermosa ley nueva de seguro médico” antes de entrar en receso. Pero ahora que hemos visto la más reciente versión de la “reforma” de la ley de seguro propuesta por Mitch McConnell, “hermosa” es la última palabra que se nos viene a la mente. De hecho, es incomparablemente fea, tanto en lo intelectual como en lo moral. Las encarnaciones anteriores de Trumpcare fueron terribles, pero esta, aunque usted no lo crea, es peor.

Antes de analizar lo que la hace peor, hablemos del único elemento del nuevo proyecto que podría parecer un paso en la dirección correcta y veamos por qué es un fraude.

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El proyecto original del Senado recibió justificadamente mucha mala prensa por recortar Medicaid para ofrecerles rebajas de impuestos a los ricos. Así pues, esta versión echa para atrás algunas de esas cosas, aunque no todas las reducciones de impuesto, lo que parece una concesión a los moderados.

Sin embargo, al mismo tiempo, el proyecto permite usar las cuentas de ahorros para gastos médicos, que tienen incentivos de impuestos, para pagar las primas del seguro. Esto en la práctica crea un nuevo refugio fiscal que básicamente ayuda a quienes tienen ingresos altos y pueden permitirse destinar mucho dinero a esas cuentas y se enfrentan a altas tasas de impuestos marginales, con lo que de hecho ahorran impuestos.

Así pues, esta no deja de ser una ley que les quita a los pobres para darles a los ricos, solo que lo hace de forma muy sigilosa.

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Como sea, ese reacomodo le da a McConnell un poco más de dinero para moverse. ¿Cómo resuelve los dos problemas básicos del proyecto original, los salvajes recortes a Medicaid y el alza de primas para los ancianos y los trabajadores con menos recursos? No los resuelve.

Aparte de unos cuantos retoques, esos brutales recortes a Medicaid siguen siendo parte del plan. Y sí, son recortes pese a los desesperados intentos que han hecho los republicanos por pretender que no lo son. Y también está presente la quita de subsidios que hará que las primas se disparen a las nubes para millones de personas.

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Lo bueno, como están las cosas, implica más fondos para la crisis de los opioides, algo de dinero (pero ni de cerca lo suficiente) para pacientes de alto riesgo, y un poco de ayuda adicional para las aseguradoras. ¿Se acuerda? Sí, eso mismo que los republicanos criticaron como escandalosa beneficencia a las empresas cuando lo hicieron los demócratas.

Sin embargo, el cambio más importante en la ley es que efectivamente eliminará la protección para personas con padecimientos preexistentes. La ley de seguro médico accesible establece normas mínimas en el tipo de pólizas que pueden ofrecer las aseguradoras. El nuevo proyecto del Senado cede a las exigencias de Ted Cruz para que se permita que las compañías de seguros ofrezcan planes reducidos con muy poca cobertura y con deducibles muy altos que los vuelven inútiles para la mayoría.

Los efectos de este cambio serán desastrosos. Pero no me lo crea a mí, es lo que están diciendo las mismas aseguradoras. En un memorando especial, la asociación de aseguradoras médicas advierte que adoptar la propuesta de Cruz “fracturaría y segmentaría los mercados de seguros en fondos de riesgo separados”, lo que provocaría “mercados inestables de seguro médico” en los que las personas con padecimientos preexistentes perderían su cobertura o tendrían que serían “mucho más caros” que con Obamacare.

O por decirlo de otro modo, esta ley enviaría a los mercados de seguros a la clásica espiral de la muerte. Los republicanos han estado prediciendo dicha espiral desde hace años, pero han estado equivocados. Todas las indicaciones son que Obamacare, a pesar de tener algunos problemas reales, se está estabilizando y le está yendo bastante bien en los estados que la apoyan. Pero el proyecto actual del Senado tendría el efecto de sabotear todos esos avances.

Y seamos claros: muchas de las víctimas de ese sabotaje serían miembros de la clase trabajadora blanca, gente que votó por Donald Trump creyendo que hablaba en serio con su promesa de campaña de no recortar Medicaid y de que todo el mundo tendría un seguro médico que sería mejor y más barato. Entonces, ¿por qué la dirigencia republicana está tratando de pasar esta ley? ¿Por qué siquiera existe la posibilidad de que llegue a promulgarse?

La respuesta principal es que lo que ocurriría si se aprueba esta ley es lo que los republicanos siempre han querido: una gran rebaja en el número de personas con seguro médico, una aguda reducción en la calidad de la cobertura para quienes puedan conservarlo.

Durante la guerra que libró durante ocho años contra la ley de seguro médico accesible, los republicanos, por supuesto, aparentaron otra cosa: criticaron Obamacare por no cubrir a todo el mundo, atacaron los desembolsos asociados con muchas pólizas, y así sucesivamente. Pero la ideología conservadora siempre ha negado la propuesta de que la gente tiene derecho a la atención médica. La élite republicana en particular siempre ha considerado que la gente que está en Medicaid es abusadora y les roba efectivamente a los ricos con méritos.

Y la opinión conservadora siempre ha sido que los estadounidenses tienen un seguro médico que es demasiado bueno, que deberían de pagar más en deducibles y copagos, haciendo que pongan “en juego su pellejo” para que tenga un incentivo en controlar los costos.

Así que lo que estamos viendo aquí se supone que será el último acto de un largo fraude, el momento en que los timadores cobran su recompensa y sus víctimas descubren que han sido engañadas por completo. La única duda es si podrán salirse con la suya. Eso lo averiguaremos muy pronto.

PAUL KRUGMAN
© The New York Times 2017