La esposa británica del candidato presidencial francés François Fillon ha sido oficialmente puesta bajo investigación en el escándalo de los trabajos falsos que ha envenenado la carrera política de su marido.
Penelope Fillon está siendo procesada por malversación de fondos, apropiación indebida de fondos públicos y fraude agravado, según se informó el martes por la noche.
El anuncio de que había sido mise en examen –el equivalente en la ley francesa de ser acusado o acusado– llegó después de varias horas de interrogatorio por parte del fiscal francés.
Su esposo fue investigado hace dos semanas, pero insistió en continuar su intento de convertirse en el próximo líder de Francia. Fillon, de 63 años, ha visto sus posibilidades seriamente dañadas por las acusaciones de empleos ficticios y otros escándalos.
Ahora está en el tercer lugar detrás de la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen, y del centrista independiente Emmanuel Macron.
Un tercer sospechoso, Marc Joulaud (quien suplantó a Fillon en la Assemblée Nationale cuando el político fue nombrado ministro del gobierno), también empleó a Penelope Fillon.
El escándalo estalló en enero, cuando se reveló que Fillon había pagado a su esposa y a dos de sus cinco hijos más de 900,000 euros por más de 10 años para trabajar como sus asistentes parlamentarios. También se le habrían pagado otros 100,000 euros por trabajar en una revista literaria de uno de los amigos de su marido.
El atribulado Fillon, que representa a la oposición centro-derecha Les Républicains, fue atormentado en otras acusaciones de que recibió 48,000 euros de trajes a medida de un amigo rico, así como un préstamo no declarado de 50,000 euros.
Fillon y su esposa de 61 años, una hija de un abogado de Llanover, cerca de Abergavenny en Gales, han negado cualquier falta. El candidato presidencial ha acusado al gobierno de intentar desacreditarlo, atacó el sistema legal y criticó a los medios de comunicación.
Los parlamentarios franceses tienen derecho a emplear a familiares si los trabajos son reales y el trabajo está hecho. El fiscal francés decidió después de una investigación preliminar que había suficiente duda sobre si el trabajo de Penelope Fillon era “ficticio” para continuar la investigación.
Las acusaciones oficiales contra ella son la complicidad y el ocultamiento de la malversación de fondos públicos, la complicidad y la ocultación del abuso de los bienes sociales y la complicidad y la ocultación del fraude.
