La mente más espléndida de la cibernética, las cesáreas y el fútbol

OPORTO, Portugal ⎯ Hay una oficina al final de un corredor tranquilo en la planta baja de la facultad de ciencias del deporte de la Universidad de Oporto. No es el tipo de lugar que atrae mucho tráfico a pie, y no está decorado como si pretendiera hacerlo.

El ocupante del espacio, Vítor Frade, está retirado del puesto de docente que tuvo en la universidad durante más de tres décadas. Sigue conservando la oficina, sin embargo, como un lugar conveniente para recibir al torrente constante de visitantes que acuden de todo el mundo para conocer sus ideas, buscar su consejo o simplemente escucharlo hablar.

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Durante el curso de su larga carrera, Frade logró no poco éxito académico, pero no pudiera describírsele como famoso, no en el sentido que habitualmente significa en el fútbol. Los fanáticos no corean su nombre en los estadios, ni le piden autógrafos en la calle.

No fue un jugador impresionante. Nunca administró un club. En vez de ello, Frade, de 73 años de edad, es de lo más raro que existe: uno de los teóricos más notables del fútbol.

Su grandiosa contribución al deporte es la periodización táctica, un enfoque en la gestión que a menudo es descrito ⎯ para su muy evidente frustración ⎯ como un estilo de entrenamiento.

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“No es un método”, dice, casi tan pronto como se sienta. “Es una metodología. Uno tiene una metodología para no necesitar métodos”. La última palabra la pronuncia con desdén.

Para Frade, su enfoque es una filosofía de gestión, un dogma personal y un sistema de creencias comprendidos en una sola cosa. Es una forma de pensamiento más que una manera de jugar, una concebida y elaborada en esta oficina, en esta universidad, pero que ahora puede afirmar tener devotos en todo el mundo.

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Su evangelista más famoso es José Mourinho, quien la desplegó con considerable éxito en el Chelsea, el Inter de Milán y el Real Madrid, y quien ahora espera pueda revivir al Manchester United. Pero Mourinho no es el único. La mayor parte de la gran diáspora de entrenadores portugueses llevan parte de la huella de Frade: André Villas-Boas y Vítor Pereira más directamente, desde el periodo que pasaron en el FC Oporto, pero también Leonardo Jardim del Mónaco y Marco Silva del Hull City en uno o más aspectos.

Luego están los adeptos extranjeros, los managers y entrenadores cuyas ideas se basan en mayor o menor grado en el trabajo de Frade. Brendan Rogers, el entrenador del Celtic, se convenció del valor del enfoque mientras trabajaba bajo las órdenes de Mourinho al inicio de su carrera. Eddie Jones, el entrenador australiano del equipo de rugby de Inglaterra, también es un converso.

En los últimos meses, Frade ha dado la bienvenida, entre otros, a visitantes de Australia, Brasil, Inglaterra y Escandinavia. Cada cierto tiempo, con la ayuda de un amigo, envía correos electrónicos generalizados para quienes hayan expresado interés en su trabajo. Llegan, dijo, a 542 personas, incluido Mourinho.

Los correos electrónicos contienen poemas compuestos por Frade ⎯ Pepijn Lijnders, un ex entrenador del Oporto que trabaja en Liverpool, los comparte con los brasileños Philippe Coutinho y Lucas Leiva ⎯ pero también “artículos que he leído, entrevistas con entrenadores interesantes, recomendaciones de libros y resúmenes”. Es igual de probable que Frade incluya un artículo sobre robótica o neurociencia que sobre el fútbol mismo, producto de un cerebro que está en constante actividad, con sinapsis que fusionan constantemente los eslabones entre pensamientos no relacionados.

Su respuesta a la pregunta de “¿qué es la periodización táctica?”, por ejemplo, empieza con un discurso sobre la estructura de una célula, pasa por las cesáreas, dónde viven los lagartos en el Mississippi, camaleones, mecánica cuántica y termina, no pocas horas después, con una discusión de los principios de la cibernética.

“Es un genio que está vivo y respira”, dijo José Tavares, el director de la academia juvenil del Oporto y estudioso de la periodización reclutado ahora como el traductor de Frade, no sin pasar por apuros. “No piensa como el resto de nosotros”.

Todo esto es relevante, sin embargo, para el sistema que Frade creó.

“Siempre que leo algo, siempre estoy pensando cómo aplica al fútbol”, dijo. “Es así ya sea que se trate de algo sobre biología o epigenética. Siempre es el fútbol”. La periodización, dijo, se base en todo, porque es un intento de representar todo.

“El fútbol no es un proceso lineal”, dijo Frade. “No es una suma de cosas: si haces esto, más aquello, lograrás esto”. Más bien, “el entrenador debe considerar todos los aspectos, del individuo, del equipo. El fútbol no es bidimensional. Es multidimensional”.

Es un paralelo imperfecto, pero el juego, como lo concibe Frade, no es diferente a un Cubo Rubik: todo lo que hace un manager, cada decisión que toma, tiene una consecuencia en otra parte. No funciona si tratan de corregir solo un lado; el problema debe ser considerado en su totalidad.

Esa es la razón de la que metodología de Frade ⎯ como la emplean Mourinho y el resto ⎯ decrete que no debería haber sesiones de entrenamiento físico, táctico o técnico específicas, ni entrenadores de acondicionamiento físico separados o ejercicios artificiales para pulir habilidades, como el rondo, el juego de pasar la pelota con un toque que forma la base del enfoque de Pep Guardiola. Como todos los aspectos del juego están interconectados, argumenta Frade, deben ser tratados de esa manera.

Ese no es el único sello de la periodización. Todo está relacionado con los posibles escenarios en el partido: no se trata de correr para fortalecer la resistencia; sino correr para formar el tipo de resistencia exacto que pudiera necesitarse en determinados momentos. No se deben practicar los pases; solo practicar cuál pase se necesita y cuándo.

El entrenamiento nunca es ligero, y toda las sesiones se llevan a cabo tan rápida y duramente como lo permita el número de jugadores en el campo. Y no se guía por un guión. A los jugadores no se les dice qué hacer; se les da un problema y se les alienta a resolverlo solos.

“Lo que importa es el proceso”, dijo Frade. “Tienen que encontrar las respuestas”.

El entrenamiento de la semana se rige por lo que Frade y sus discípulos llaman el morfociclo. A lo largo de la temporada, cada día se dedica a un aspecto específico del juego: los martes, por ejemplo, podría ser siempre qué hacer cuando se tiene posesión de la pelota, los miércoles cuándo entregarla, los jueves abordar las fortalezas del contrario, etc.

Los ejercicios pueden variar de una semana a otra, de un oponente a otro, pero siempre deben estar diseñados para reforzar los principios guías del entrenador: la identidad de un equipo no debe comprometerse con la supresión de un oponente determinado.

“Un camaleón cambia de color”, dijo Frade, “pero nunca olvida que es un camaleón”.

Eso no quiere decir que la periodización quiera producir equipos de autómatas. Como Mourinho es el seguidor de más alto perfil del sistema de Frade, la periodización táctica tiene fama de ser defensiva, opresiva.

Frade rechaza esa crítica. Él no es adepto a un estilo u otro. Los equipos a lo que actualmente admira ⎯ Chelsea, Juventus, Bayern Múnich y Nápoles ⎯ son los que conocen su propia mentalidad, los que tienen una idea y se proponen lograrla.

“No hay fútbol de ataque o defensivo”, dijo. “Cuando uno tiene la pelota debe pensar en lo que sucederá cuando la pierda. Cuando uno no la tiene, necesita saber qué hará cuando la recupere”.

El juego solo existe, en su mente, como un todo. Cómo se aplique su sistema depende totalmente de la interpretación de sus mensajeros. Ya sea que se trate de la cautela de Mourinho o el arrojo de Villas-Boas o Rodgers, al creador, su mentor, no le importa. No quiere ver que su invento se restrinja a una cosa u otra. Es, puede ser, todo.

Rory Smith
© 2017 New York Times News Service