La mentira dura mientras que la verdad llega

Para nadie pasó desapercibida la campaña que el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle montó para promocionarse con el pretexto de un libro sobre sus memorias, en un afán por colocarse en la mira política de los mexicanos.

Hace poco tiempo referimos que Moreno Valle era un héroe en su propia mente cuando hacía gala de sus hazañas como gobernador, pero su campaña a lo largo de toda la República ha implicado costos exorbitantes que han despertado sospechas.

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La magnitud de la difusión de su obra autobiográfica hace palidecer la presentación de cualquier libro de la literatura mexicana. Ni siquiera textos de grandes escritores como Octavio Paz o Carlos Fuentes, alcanzaron la magnitud de un libro que en su parte medular se compone de fotografías y de auto alabanzas.

Un cálculo sobre el monto destinado tan solo en carteleras, Moreno Valle gastó casi un millón de dólares, esto sin contar los spots publicitarios que ha pagado en la televisión abierta. No por nada voces del senado advierten que esta campaña huele a lavado de dinero.

Tanto retumbó este señalamiento que la prestigiosa editorial Porrúa se deslindó de la edición del libro, impreso por un familiar que aprovechó el renombre del apellido, pues bien saben que una campaña de ese calibre cuesta millones y millones de pesos.

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El ex mandatario también destinó fuertes cantidades en fastuosas ceremonias de presentación en 31 ciudades, como la del Colegio de las Vizcaínas y varios salones de lujosos hoteles. Si sacamos un promedio mínimo de 100 mil pesos entre renta de salón, equipo de sonido y otros servicios adicionales. Tan solo en este rubro, se destinaron más de 3 millones de pesos.

 

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La misma campaña, llevada al ámbito de los espectaculares, debió costarle al ex gobernador un mínimo de otros 3 millones de pesos, a razón de 10 espectaculares montados en cada una de las ciudades donde presentó su libro y por las cuales efectuó una gira que presume en su sitio web. Sumemos sus spots en la televisión y las cantidades se disparan.

Sus aspiraciones a la candidatura presidencial por su partido, Acción Nacional, parecen ser financiadas con turbios recursos de acuerdo a las mismas voces del senado, y hay que recordar que desde 2016, empresas constructoras como Blueicon fueron vinculadas al lavado de dinero por investigaciones de la Procuraduría General de la República y de la Secretaría de Hacienda.

En efecto, Moreno Valle privilegió desarrollos comerciales y residenciales de la firma propiedad de dos empresarios, Javier de Lope Francés y Adolfo Ernesto Hernández Martínez, a quienes la PGR señala de utilizar “instituciones del sistema financiero con el objeto de ocultar el origen y el destino de dichos recursos ilícitos, además de buscar darles una apariencia de legitimidad”.

Ya en un editorial sobre el tema advertíamos que Moreno Valle había dejado hipotecado a Puebla durante 8 sexenios por una deuda de 38 mil 944 millones de pesos. Hoy, a esos adeudos, el ex mandatario le suma una millonaria promoción con recursos de dudosa procedencia.