Espigando: La mentira

Somos el país de la mentira, la simulación, la indiferencia, porque hablamos mucho de  democracia a sabiendas de que la democracia no existe, porque no puede existir la democracia en un sistema político, económico y social dónde las desigualdades son criminales, por lo mismo siempre terminan imponiendo su criterio quienes tienen el poder del dinero, por lo tanto la democracia es un mito que se ha venido manejando desde tiempos inmemoriales para hacerle creer a los ingenuos que tienen la facultad de elegir a sus gobernantes, cuando es evidente que todos los funcionarios públicos son impuestos por los dueños del dinero para proteger sus intereses, al pueblo únicamente lo utilizan para simular una democracia inexistente.

Todo está fríamente calculado como decía el Chapulín Colorado. Los dueños del gran capital imponen a los jefes de gobierno para que hagan lo que ellos mandan, con la consigna de mantener al pueblo en la ignorancia para que no sepan ni por dónde les llega el golpe, pero por si las dudas, buscan la forma de inhibir el voto, para que la gente no salga a votar, porque eso facilita la labor de los mapaches del Instituto Nacional Electoral, más conocidos por las siglas de INE, pero además, para evitar cualquier sorpresa desagradable, todavía se dan a la tarea de comprar el voto de la pobre gente que se está muriendo de hambre, dispuesta para venderle el alma al diablo por unos cuantos pesos que le permitan llevarle un pedazo de pan a sus hijos, por así los tiene el mismo gobierno con fines electorales. Todo está premeditado. Pero los que manejan el tinglado son los ricachones. Son os mismos esclavistas de todos los tiempos. Son los mismos hambreadores que decidieron darle su libertada a los esclavos y les fijaron un sueldo mínimo para no tener que mantenerlos, porque les salían muy caros.

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Pero no puede haber libertad si no hay solvencia económica, porque el hombre sigue siendo esclavo de sus propias necesidades. A los esclavos tenían que darles de comer, curarlos, darles alojamiento, para que pudieran soportar las jornadas de 18 horas de sol a sol que les imponían pero hicieron sus cálculos y se dieron cuenta que era mejor fijarles un sueldo miserable y que ellos se las arreglaran solos. Así nació el proletariado, luego aparecieron los sindicatos, con líderes explotadores, para suplir a los capataces deshumanizados para seguirlos asotando ahora con las mentadas cuotas. Son líderes millonarios. Más ricos que los propios empresarios. Como muestra tenemos a los líderes de la CTM, la SNTE, Sindicatos de Telefonistas, Electricistas, etc. Todos son líderes vitalicios. Se prenden de la ubre y no la sueltan hasta que se mueren y todavía le heredan cargo a sus hijos, sus nietos, sus parientes cercanos, para que el negocio quede en familia.

Por supuesto todos están controlados por el PRI, para que no haya desviaciones. Ese es nuestra democracia. Una democracia lacerante, impuesta por las fuerzas más retardatarias del país. Solapada por una sociedad en franca descomposición. Pero cuándo la opresión es más fuerte, más cerca está la redención.