La Obra de Amor de Luc Besson

La película más reciente del cineasta francés Luc Besson se llama “Valerian and the City of a Thousand Planets,” una explosión de fantasía y ciencia ficción después de “The Lady” (2011), “The Family” (2013) y “Lucy” (2014). Todo eso está muy bien pero, un momento … ¿No había anunciado públicamente que dejaría de dirigir después de haber hecho “Arthur and the Invisibles” (2006) y sus respectivas continuaciones de 2009 y 2010?

“¡Nunca confíen en los directores de cine!,” exclama alegremente Besson durante una reciente conversación. “No, es … yo creo que soy honesto. Si me siento cansado y ya no tengo la energía, entonces lo digo. Así que ha habido dos o tres veces en mi carrera, creo yo, en que estaba, ¿cómo le diría?, seco, así que quise detenerme pues ya no tenía la energía.

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“Este no es un trabajo que pueda hacerse sin pasión,” agrega. “Al menos yo no puedo. Yo me enamoro cuando hago una película. Ando enamorado. Creo que perdí eso durante unos años, pero después lo recuperé.”

Es evidente que lo recuperó en serio. “Lucy” recaudó casi 500 millones de dólares en todo el mundo. Pero por más alocada que fue la aventura de “Lucy,” la locura de “Valerian and the City of a Thousand Planets” promete superar la que quizá sea la confección más extravagante de Besson, “The Fifth Element” (1997). Besson escribió el libreto basándose un una de sus historietas favoritas de su juventud, “Valerian and Laureline” (1967), escrita por Pierre Christin e ilustrada por Jean-Claude Mézières.

Dane DeHaan y Cara Delevigne protagonizan esta cinta, que se estrenará el 21 de julio, respectivamente como Valerian y Laureline, veteranos viajeros del tiempo y del espacio a quienes se les asigna la tarea de salvar a Alpha, un pacífico y utópico planeta estilo Naciones Unidas amenazado por un misterioso y poderoso enemigo. El animado reparto está formado también por John Goodman, Herbie Hancock, Rutger Hauer, Ethan Hawke, Clive Owen y Rihanna.

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“Yo me enamoré de Laureline cuando tenía diez años y adoro a esos dos personajes,” revela el siempre entusiasta Besson, hablando por teléfono desde su oficina en Los Ángeles, no lejos de la casa donde vive con su familia. “Me encantan Valerian y Laureline. Son muy modernos, hay muchas cosas que pueden crearse con ellos y si examinamos los 29 libros de ‘Valerian and Laureline,’ veremos que es algo muy abierto y creativo.

“Está muy, pero muy lleno de fruto, en cierto modo,” asegura. “hay todo un mundo en el que podemos elegir. Yo simplemente estuve fascinado durante muchos, muchos años, pero técnicamente no fue posible hacer la película sino hasta hace poco. Después fue cosa de tener el libreto, lo que también llevó tiempo, conseguir el dinero y hacer la película. Y ahora ya estamos aquí.”

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El material original, la serie de cómics, ya tiene 50 años. Esto plantea dos preguntas: ¿Qué tan futurista fue para Besson cuando era niño y qué tan futurista es para él ahora, que tiene 58 años de edad?

“Para mí, la invención, las ideas que tenían en las historias y la forma en que se manejaban algunos extraterrestres, me parecía una locura para ese tiempo,” responde Besson. “Y sigue siendo muy preciso, muy creativo y muy futurista.

“Mi problema como público ahora es cuando veo a un súper héroe con mallas rosas,” indica. “Para mí, eso es complicado de creer y yo no quería hacer eso. Estamos en un periodo en la industria del cine en el que, sin que las películas dejen de ser sensacionales, estamos viendo un montón de secuelas, un montón de cosas de Marvel. Para mí, como cinéfilo, está empezando a ser un poco el mismo modelo en todos los casos. Solo un poco.

“Definitivamente, ‘Valerian’ está fuera de ese campo,” afirma Besson. “Aquí se corren riesgos y quizá sea como fue nuevo ‘The Fifth Element’ hace veinte años. Lo único que espero es que la gente quiera ver algo nuevo y fresco. Yo hice una película que me gustaría ver en la pantalla.”

Besson asegura que Valerian y Laureline son personajes “muy humanos.” Ellos discuten entre sí, pero también hay un afecto genuino. Incluso si a un cinéfilo no le gusta mucho la ciencia ficción, afirma Besson, es de esperarse que se identifique con los héroes y su relación, a la que llama “la trama pequeña dentro de la gran historia,” mientras las naves giran alrededor de ellos, extraterrestres de todo tipo y tamaño combaten y todo esto en medio de grandes explosiones.

“Ellos se aman,” revela Besson. “Ella no lo acepta pues lo ve a él como a un cachorro. Él va de aquí para allá, y ha tenido algunas aventuras románticas antes, así que no es muy serio para ella. Pero, a lo largo de la película, lo que es interesante es que Valerian la va a perder y él tendrá que salvarla. Después, unos minutos más tarde, eso se invierta y es ella quien tendrá que salvarlo a él.

“Así pues, ellos irán descubriendo cuán profundamente se aman a lo largo de la historia y descubrirán lo mucho que se preocupan uno por el otro.”

Besson siempre había apreciado el trabajo de DeHaan y, cuando se reunió con él en un restaurante, “después de veinte segundos” supo que había encontrado a su Valerian. Él no estaba tan al tanto de Delevigne, modelo que se convirtió en actriz, pero confió en su instinto después de conocerla. Después de todo, fue él quien eligió a Natalie Portman y a Milla Jovovich—con quien estuvo casado—para interpretar papeles importantes muy al principio de sus respectivas carreras.

Por supuesto, una cosa es seleccionar actores sólidos y otra, totalmente diferente, es que los dichos actores tengan el factor más esquivo de la magia del cine: la química. Si no saltan chispas, especialmente entre los protagonistas de una trama romántica, todo el producto se viene abajo.

“Le voy a confiar mi pesadilla interna,” señala Besson. “Conocí a Dane y me gustó. Conocí a Cara y me gustó. Entonces traté de organizar un momento en el que los dos se saludaran. Y yo quería estar presente, por supuesto. Yo quería ver la primera vez en que se vieran el uno al otro.

“Así pues, ahí estaba yo, tratando de ser el director y de organizar cuándo y dónde reunirnos y todo eso,” continúa. “Y luego, en la mañana, Cara me llamó por teléfono y me dijo: ‘¡Oh, Dios mío! Anoche fui a una fiesta y ahí conocí a Dane.’

“Así que me arruinaron por completo el plan y yo estaba furioso,” recuerda Besson. “Le dije: ‘¿Cómo que lo conociste?’ Y luego le pregunté qué le había parecido.

“Ella estaba en el teléfono así que no podía verle la cara,” continúa. “Llamé a Dane de inmediato y él me dio su versión. Y los dos dijeron: ‘Ah sí, él es buena onda.’ ‘Ella es buena onda.’ ‘Él es sensacional.’ ‘Ella es sensacional.’

“Pero yo no estuve ahí,” se queja Besson. “Ay, ay, ay. Pero en fin, cuando tuve a los dos enfrente de mí—y después, cuando estuvimos en el foro para la primera escena—me di cuenta de inmediato que sí había química.”

La carrera de Besson data de 1981 y ha abarcado casi veinte largometrajes como director, entre ellos “Subway” (1985), “La Femme Nikita” (1990), “Leon: The Professional” (1994) y “The Messenger: The Story of Joan of Arc” (1999). También ha escrito y producido docenas de películas más, entre ellas las sagas “Taxi,” “Transporter” y “Taken.”

“Sigo siendo el mismo, solo más viejo,” afirma Besson. “Yo no sabía mucho cuando empecé. Así, con el conocimiento que tenía en ese tiempo, cuando veo mis primeras películas sonrío y pienso que están bastante buenas para la edad que yo tenía.

“Yo tenía veinte años cuando hice mi primera película … ¿qué podemos saber de la vida a los veinte años? No sabemos gran cosa,” aseguró. “Así pues, la preocupación que queremos poner en la película no es la misma que queremos poner cuando tenemos cuarenta. Sencillamente no es lo mismo.

“Así pues, pienso que cada película es como una instantánea de mí mismo,” concluye Besson. “Cada dos o tres años, tomo una instantánea de mi vida. Eso es todo.”

IAN SPELLING
© 2017 Ian Spelling