La sesión anual del parlamento chino atenazada por el riesgo financiero

Reducir la deuda sin frenar el crecimiento es el desafío del régimen comunista y el tema central, a partir del domingo, de la sesión anual del parlamento chino, en un momento en que el presidente Xi Jinping apuntala su poder.

La sesión de la Asamblea Nacional Popular (ANP) confiere durante 10 días al sistema comunista la apariencia de un régimen parlamentario, pero sin tolerar la expresión pública de oposición.

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Reúne a unos 3.000 delegados en el estalinista Palacio del Pueblo, en la céntrica plaza Tiananmen de Pekín.

Se celebra a unos meses del congreso quinquenal del Partido Comunista Chino (PCC) en el que varios de los siete dirigentes supremos del país (con la excepción de Xi Jinping) se jubilarán.

La sesión parlamentaria de ahora permitirá medir la temperatura sobre las intenciones de Xi, en el poder desde 2012, para intentar adivinar si permanecerá o no al frente más allá de los dos mandatos de cinco años. “Es un año crucial para China”, destaca el experto Willy Lam, de la universidad china de Hong Kong.

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El presidente Xi acumula más poder que todos sus predecesores desde Deng Xiaoping, el artífice de las reformas y de la apertura económica al final de los años 1970. Y lanzó una campaña anticorrupción que le ha costado el cargo a cientos de miles de directivos.

Algunos observadores afirman que esta campaña va dirigida sobre todo a los opositores internos a la influencia de Xi, que va colocando a sus partidarios en los puestos clave.

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A falta de elecciones democráticas, el PCC se arraiga en la creciente prosperidad del país, aunque el crecimiento del PIB cayó el año pasado a 6,7%, su nivel más bajo en un cuarto de siglo.

El parlamento chino cuenta con un centenar de multimillonarios, y sus 209 miembros más ricos tienen una fortuna que supera el PIB de Bélgica, según el semanario Hurun.

El primer ministro Li Keqiang revelará el domingo en su discurso de apertura el crecimiento previsto por el gobierno para 2017. Los analistas vaticinan una horquilla entre 6,5% y 7%.

Burbuja amenazante

El gobierno apoyó la economía en los últimos años con la financiación masiva de las infraestructuras y tipos de interés muy bajos, favoreciendo la supervivencia de empresas públicas a veces moribundas.

Esta política ha generado una burbuja especulativa en las materias primas y sobre todo en el sector inmobiliario, con un alza exponencial del precio del metro cuadrado en algunas ciudades. Un estallido de la burbuja tendría consecuencias catastróficas para la segunda economía mundial.

“La sesión debe de confirmar que el gobierno se alejará del apoyo a corto plazo al crecimiento para hacer hincapié en el control de los riesgos financieros”, prevén los expertos del gabinete Capital Economics.

Una nueva ralentización del crecimiento podría atizar la tensión social, acentuar la fuga de capitales al extranjero e influir en el valor del yuan, que ya tocó mínimos en ocho años.

No se espera que el régimen dé señales de debilidad antes del congreso del partido y el desafío que representa Donald Trump.

El presidente estadounidense amenazó durante su campaña con imponer aranceles a las importaciones chinas y con acercarse a Taiwán, que Pekín considera una de sus provincias. Las cosas parecen haberse apaciguado desde una llamada el mes pasado entre los dos dirigentes.

Pero Trump anunció una subida de casi el 10% en los gastos militares. Un desafío para China que dispone del segundo presupuesto de defensa más elevado a nivel mundial, detrás de Estados Unidos. El de 2017 se presentará durante la sesión de la ANP.

Pekín podría aprovechar la cita parlamentaria para “hacer vibrar la fibra nacionalista”, prevé Willy Lam.

El objetivo, según él: “Advertir a Washington que no agite el tema de Taiwán y del mar de China Meridional”, cuya soberanía reclaman China y otros países de la zona.