Venezuela se prepara para una escalada de la confrontación entre el gobierno y la oposición mientras el país despierta paralizado el jueves con el inicio de una huelga general.
Caracas, la capital, estaba llena de barricadas de basura y neumáticos, y los cables se extendían de farola en farola para detener el tráfico, ya que los opositores al presidente, Nicolás Maduro, intentan bloquear su plan para consolidar el poder.
Cerca de la Plaza Altamira, en la parte este de la ciudad, los jóvenes que manejan las barricadas rechazaron cualquier automóvil que intentara pasar, incluyendo un autobús estampado con el logo de la agencia tributaria del gobierno.
“Estamos viendo calles vacías y la mayoría de las tiendas cerradas”, dijo el líder de la oposición, Henrique Capriles, mientras recorría la ciudad a pie.
Maduro pidió el 30 de julio una votación para elegir a una asamblea constituyente encargada de reescribir la Constitución. La oposición y los grupos de defensa de los derechos humanos dicen que la medida está encaminada a evitar la Asamblea Nacional, que ha estado bajo control de la oposición desde 2016, consolidando aún más el poderío del partido gobernante en el poder. Maduro sostiene que una nueva constitución promovería el diálogo en un país profundamente polarizado y paralizado por la escasez generalizada de alimentos, medicinas y servicios básicos.
La huelga supone la amenaza de una creciente represión por parte de las fuerzas gubernamentales y las milicias paramilitares, responsables de más de 90 muertes durante casi cuatro meses de manifestaciones callejeras en todo el país. “Hay un grave peligro de violencia en una escala hasta ahora no vista”, advirtió el Grupo de Crisis Internacional en un informe.
La huelga se produce cuando la administración Trump en Estados Unidos impone “acciones económicas rápidas” si Maduro continúa con la elección. “Estados Unidos no se quedará parado mientras Venezuela se desmorona”, dijo Trump en un comunicado. Estados Unidos es el mayor socio comercial de Venezuela, y el país es el tercer mayor proveedor de petróleo crudo para los Estados Unidos.
Colombia, Francia, España y la UE también han instado al gobierno venezolano a cancelar las elecciones.
La última vez que la oposición de Venezuela intentó una huelga de esta envergadura fue en 2002. La detención duró dos meses en un intento por derrocar al predecesor de Maduro, el fallecido Hugo Chávez, que colocó al país en el camino del “socialismo del siglo XXI” antes de su muerte. 2013.
Con información de The Guardian
