Las delegaciones sirias, en Ginebra para una nueva ronda de negociaciones

Las delegaciones de los bandos rivales en Siria llegaron este miércoles a Ginebra, donde debe celebrarse una nueva ronda de negociaciones bajo los auspicios de la ONU, para intentar acabar con seis años de conflicto.

El embajador de Siria ante Naciones Unidas, Bashar al Jaafari, liderará la delegación gubernamental, mientras que el cardiólogo Nasr al Hariri y el abogado Mohamed Sabra representan al Alto Comité de Negociaciones (ACN), que que reúne a grupos clave de la oposición.

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El coordinador de las conversaciones que comienzan este jueves será el emisario especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, diplomático con gran experiencia en misiones difíciles.

A diferencia de las tres precedentes sesiones que se celebraron en febrero, marzo y abril de 2016, De Mistura espera que esta vez ambos bandos acepten negociar frente a frente.

La situación en el terreno en Siria, no obstante, ha cambiado respecto a la última vez que las dos delegaciones se encontraron: el régimen de Damasco, apoyado por sus aliados ruso e iraní, ha retomado Alepo, bastión de la insurrección en el norte del país, y la oposición tan solo controla en este momento un 13% del territorio, según varias estimaciones.

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Incluso Turquía, apoyo durante largo tiempo de la oposición, parece haber templado su posición y se ha acercado a Moscú. EEUU, otro apoyo de la rebelión, parece dudar sobre la política a seguir en Siria desde la llegada a la presidencia de Donald Trump.

Transición política

Pese a acudir debilitada, mantiene no obstante sus exigencias sobre un cese efectivo de las hostilidades y una “transición política” que implique la salida del presidente Bashar al Asad.

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“Los obstáculos son claros, especialmente en el hecho de que no haya ninguna consolidación del alto el fuego”, declaró Yahya Aridi, uno de los asesores del ACN.

Rusia, Turquía e Irán lograron a finales de diciembre imponer una tregua que pese a las violaciones repetidas del cese de hostilidades, han permitido reducir la intensidad de los combates en Siria.

Pese a ello, desde hace varios días, las fuerzas gubernamentales bombardean las posiciones rebeldes cerca de Damasco y en la provincia de Homs (centro). La oposición denuncia un “mensaje sangriento” destinado a sabotear las negociaciones.

La salida del poder de Al Asad sigue siendo el principal obstáculo para el acuerdo entre los dos bandos. El régimen está dispuesto a aceptar elecciones una vez vuelva la paz, pero descarta la retirada del jefe de Estado, cuya permanencia al frente del gobierno está fuera de toda discusión.

Para el Gobierno, “es Asad o nadie”, insiste Aridi. “Esta regla de ‘todo o nada’ impide cualquier atisbo de solución pacífica”. Turquía, apoyo inquebrantable de la oposición, declaró el mes pasado que buscar una solución excluyendo al presidente sirio ya no era “realista”.

Y la oposición tiene la impresión de ir a tientas con la nueva Administración estadounidense. “La posición del presidente Trump sobre Siria y Oriente Medio aún no es demasiado clara”, lamentó el portavoz del ACN, Ahmed Ramadan.

Una fuente diplomática estadounidense reiteró el miércoles que “EEUU sigue comprometido en la búsqueda de una solución política para el conflicto en Siria”.

Ramadan quiere creer que aún es posible que el jefe de Estado sirio acceda a marcharse antes de la celebración de elecciones bajo auspicios de la ONU.

“Esta sesión estará centrada únicamente en el proceso político. Existe una posibilidad de avanzar si hay una verdadera interacción entre la ONU y los países implicados en el proceso”, asegura Ramadan a los periodistas en Ginebra.

“Incluso los rusos nos aseguraron en las últimas negociaciones que no les preocupaba el futuro de Bashar al Asad, sino por el de Siria y el futuro del Estado sirio.