El loco y la monja

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Todos estamos locos en alguna medida. A algunos les toca peor suerte y los internan, a otros nos dejan vagar libres por la vida. Y podemos ir al teatro.

 

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En el nuevo foro del Teatro la Capilla, en Coyoacán, se presenta todos los viernes la obra El loco y la monja  (O no hay mal que pueda ser aún peor), escrita por el dramaturgo polaco Stanislaw Ignacy Witkiewicz (Witckacy). Y cuenta la historia del poeta Walpurg, diagnosticado con dementia preecox,encerrado en un manicomio, y la bola de locos encargados de cuidarlo.

 

La historia, escrita en los años 20, está cargada de absurdo, humor y resistencia al control. Un psiquiatra y un psicoanalista luchan por demostrar que su especialidad es la correcta para quitarle al paciente poeta su locura, mientras que una joven monja es encomendada para cuidarlo, pero sus principios se ven amenazados cuando el coqueto escritor la seduce.

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Bajo la batuta de la joven directora Alejandra Aguilar, esta comedia negra utiliza un tono fársico, gran acierto dado situaciones poco verosímiles en el texto. Esto al principio puede confundir con actuaciones exageradas, pero conforme avanza la pieza cobra sentido y gozosa fuerza. Tiene grandes momentos de lucidez y arranca muchas veces carcajadas de los espectadores, aunque en algunos segmentos el ritmo parece caer.

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La responsable del montaje es la compañía Orquesta Ensamble Teatral,  integrada por egresados de las carreras de Literatura Dramática y Teatro y de Diseño de la UNAM. Después de montar la obra Pullman Car Hiawatha, fueron acreedores al IX Premio Lech Hellwig-Górzyński a la Creación Escénica Teatral 2014, otorgado por la embajada de Polonia.

 

El elenco está conformado por Mariana León Lambarri, Alfredo Cruz (estupendo loco), Anaid Bohor, Gerardo Gallardo (ganador por segundo año consecutivo del premio Mejor actor de la categoría de montajes estudiantiles dirigidos por maestros del Festival Internacional de Teatro Universitario), Rogelio Lobatón y Pablo Iván Viveros.

 

A pesar de que la iluminación cuenta con elementos interesantes, en ocasiones no está coordinada con el trazo, por lo que cuando los actores se acercan al público sus rostros quedan en penumbras.

 

La historia se desarrolla en el sobrio y pequeño nuevo foro del Teatro La Capilla, la Sala Novo, que antes era el restaurante Novos.

 

Viernes 21:00 horas, hasta el 31 de marzo. Calle Madrid 13, Col. Del Carmen, Coyoacán.