CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El mundo del teatro es cruel, en especial cuando se trata de la actuación. Hay una presión constante por ser el mejor, destacar, llegar más lejos. A veces hay incluso que rebajarse o jugar sucio para conseguir avanzar.
El reino de los animales, escrita por el dramaturgo alemán Roland Schimmelpfennig, y traducida por Ilana Marx, juega de manera ágil y divertida el tema de la comparación de los animales con los actores.
La obra, dirigida por Luis Rivera como su opera prima, cuenta la historia de un grupo de actores que lleva seis años representando El reino de los animales, espectáculo próximo a su fin, y se ve en la necesidad de salir de su zona de confort y buscar una nueva fuente de trabajo.
Sin embargo, no será una odisea fácil encontrar su lugar en el celoso mundo del teatro. Su opción de trabajo más viable parece ser representar personajes como un huevo frito, un totopo, unbote de cátsup y un molinillo de pimienta.
Dentro de la escena se observa, en algunos casos de forma simultánea, lo que sucede en los camerinos, en el espectáculo y en la vida personal de los actores.
La escenografía –realizada, como la iluminación, por Natalia Sedano y Xiomara González– cuenta con pocos elementos que se replantean para crear distintos espacios. No hace falta más.
La caracterización de los personajes está hecha en estilo naive intencionado, sin dejar de descuidar la seriedad de la puesta. Es evidente que se trata de una elección estética y no de falta de presupuesto.
La opción del elenco es tremendamente atinada, ya que cada uno de los personajes representa a un animal, y su físico concuerda de manera impresionante. Por si fuera poco, las actuaciones merecen un gran aplauso por ser naturales y divertidas. Lo conforman Emmanuel Lapin, Oscar Serrano, Raquel Mijares, Esteban Caicedo, Ari Albarrán y Yunuén Flores.
El montaje está a cargo de la Compañía Todo lo que Fuimos, integrada por egresados del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Es una puesta divertida, dinámica y con una fuerte carga de crítica social, que muestra las dificultades de los actores para vivir de lo que aman y la competencia que se da en ese ambiente. Y es que aplica en toda nuestra sociedad: es la lucha del más fuerte por sobrevivir.
La obra se presenta los miércoles a las 20:30 horas, hasta el miércoles 15, en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn).
