Los migrantes llegaron ya…

Si a un fenómeno social nos hemos acostumbrado ya en Tijuana es a la migración. La afluencia de connacionales y de extranjeros ha pasado a ser parte de nuestra cotidianeidad.

De repente algunas historias nos sacan de nuestra pasividad para decir “no, esto no es normal”, cuando nos enteramos de los sufrimientos de muchos hombres, mujeres y hasta niños en su afán por llegar a esta frontera y de aquí a Estados Unidos.

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El arrobo de cientos de africanos, haitinaos y ciudadanos de otras naciones, nos hizo volver a voltear a esta oleada y a los centros de atención para los migrantes.

Llegaron también connacionales que quisieron aprovechar la marea y solicitar asilo políticos a Estados Uidos. Un beneficio que le está negado a la mayor parte de los mexicanos, aún si eventualmente logran comprobar que huyen de amenazas a su vida y a su integridad.

Pero en este río revuelto hay pescadores que ganan. Se trata de esa gente aviesa que nunca falta, y que les cobra a los migrantes miles y miles de dólares para traerlos a un destino incierto.

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Ya hace 17 años llegó a Tijuana una oleada de ciudadanos chinos, centenares, a bordo de barcos quelos trajeron desde oriente, y en ese entonces igualmente hubo gente que ganó con el sufrimiento de estos ciudadanos, alojados por unas semanas en el auditorio municipal.

La historia parecer volver a repetirse, pero de nueva cuenta, hay malvados entre esos traficantes de indocumentados, y entre las dependencias que como el Instituto Nacional de Migración, debieran velar por su integridad.