Sin lugar a dudas el apellido Trump es trending topic en los últimos días, más por sus desatinos y yerros que por sus aciertos y a solo una semana de haber asumido el poder de la Casa Blanca ya es sujeto a protestas y manifestaciones que a su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto le costaron 4 años convocarlas, aunque involuntariamente.
Trump dicta órdenes a diestra y siniestra bajo la premisa de que es mediante la fuerza como un país gana liderazgo, y será cuestión de tiempo ver a que sectores más pone en su contra.
No es difícil pensar que en el corto plazo, sus medidas le atraigan un rechazo cada vez mayor en los distintos países por sobre los cuales espera pasar por encima, México incluido.
Pero ¿puede México en este caso a través de su gobierno, dar la batalla diplomática ante los dictados de la Casa Blanca?
No parece fácil, menos con un presidente debilitado que querrá sacar ventaja de esta coyuntura, pero a la cual llega derrotado de antemano.
