Luces LED para bicicletas dirigidas a ciclistas nocturnos y a asistentes del festival ‘Burning Man’

BERKELEY, California ⎯ Cuando Dan Goldwater colocó por primera vez luces LED caleidoscópicas a los rayos de las ruedas de su bicicleta y se paseó en el festival Burning Man de noche, la multitud quedó cautivada.

Y los “burners” ⎯ la gente que acude en tropel al gigantesco festival contracultural a fines del verano en el desierto de Nevada ⎯ no fueron los únicos. De regreso en Berkeley, “a donde quiera que la llevaba, la gente corría tras de mí para preguntarme: ¿dónde puedo conseguir esto?”, dijo Goldwater.

- Publicidad-

Las compañías de equipo para bicicletas vienen y se van; en su mayor parte se van. La empresa de Goldwater, Monkeylectric, ha estado en actividad durante 10 años, convenciendo a los ciclistas nocturnos de que las luces frontales y posteriores son inadecuadas y lo que necesitan es una brillante iluminación lateral también.

Monkeylectric ⎯ nadie recuerda cómo surgió el nombre ⎯ se ubica en la intersección entre la seguridad y el arte, con una capa de extravagancia. Los ciclistas pagan entre 25 y 60 dólares por un juego de luces que colocan en las ruedas de sus bicicletas. Cuando las ruedas giran, producen espectáculos de luz giratorios con varios diseños: arcoíris, corazones, un cráneo y huesos cruzados o geométricos.

“A mis colegas les encantan y a mí me encanta recomendarlas”, dijo Christopher Kisicki, un socio de ciclismo en la tienda insignia en Seattle de REI, el minorista de artículos deportivos. “No podemos mantener las existencias”, dijo.

- Publicidad -

Monkeylectric realiza ventas por un millón de dólares anualmente. Hay temporadas altas en Navidad y en verano, en ocasión del Burning Man.

“Odio decirlo, pero es casi obligatorio tenerlas en tu bicicleta en Burning Man”, dijo Jefferson McCarley, gerente de Mission Bicycle Co., que produce bicicletas personalizadas en San Francisco.

- Publicidad -

El mercado de Monkeylectric es de nicho, pero está creciendo: para 2015, 885,000 personas se desplazaban en bicicletas en Estados Unidos, por encima de las 448,000 del año 2000, según la Oficina del Censo. Y andar en bicicleta al atardecer o en la oscuridad es evidentemente muy peligroso. Según el Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte, las muertes en bicicleta ocurren más frecuentemente entre las 6 de la tarde y las 9 de la noche.

En un sondeo poco científico a lo largo de Market Street de San Francisco una noche, la mayoría de los ciclistas tenían luces frontales y débiles reflectores rojos en la parte posterior (como requiere la ley), pero no luces laterales. Pocas luces para bicicleta son tan fáciles de ver para los automovilistas como las luces de Monkeylectric. Se venden en 500 tiendas y en Amazon, que ofrece muchos productos de apariencia similar por mucho menos dinero.

Goldwater llama a muchos de esos productos imitaciones. Cada año, dijo, veía a media docena de empresas más basadas en China con luces de apariencia similar que se venden en entre 10 y 15 dólares. Goldwater, quien tiene cinco patentes de iluminación para bicicletas, se refiere a ellas como “juguetes”, aunque algunos consumidores no ven la diferencia.

Las luces más baratas, dijo Goldwater, tienden a ser más tenues, no son muy durables y no son a prueba de agua.

James Hill, dueño y empleado de Missing Link, una tienda de bicicletas cooperativa en el centro de Berkeley, quien monitorea las luces de las bicicletas cuando está en su auto, recordó estar detenido en un semáforo con su esposa a última hora de una tarde cuando vieron a un ciclista cruzar la calle, con “luces muy impresionantes”, dijo. “Muchos inventos son horribles”, dijo. “Muchos de ellos son grandiosos”.

“Se puede decir que la mejor manera de ser visto” por los automovilistas son las luces de Monkeylectric, afirmó.

Janelle Wong, gerente de operaciones en la Coalición de Ciclismo de San Francisco, un grupo activista sin fines de lucro con 10,000 miembros, tiene luces Monkeylectric en tres de sus cinco bicicletas. “Es una forma asequible de iluminar una bicicleta”, dijo.

En la cercana Emeryville, una compañía llamada Revolights también vende luces LED para bicicletas. Produce brillantes luces para la rueda delantera que iluminan el camino por delante y luces traseras rojas que parpadean cuando un ciclista desacelera y pueden ser usadas para indicar que va a dar vuelta. Una versión Bluetooth ofrece velocidad, distancia, rastreo y alertas de clima. Revolights, que tienen precios de entre 149 y 249 dólares, también se venden en REI, en tiendas de ciclismo y en el sitio web de la empresa.

El cofundador de Revolights, Kent Frankovich, un ingeniero mecánico de 33 años de edad, empezó su búsqueda de una mejor iluminación para bicicletas después de caer en un bache una noche mientras se trasladaba desde la Universidad de Stanford, donde, entre otras cosas, ayudó a diseñar un congelador activado por energía solar. Antes de entrar en la industria de las bicicletas en 2011, era investigador en un laboratorio de biorobótica y en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, ayudando a crear un instrumento que identifica las piedras y el suelo en Marte.

Pese a los beneficios de su producto, dijo Frankovich, “es difícil de vender”. Muchos ciclistas son minimalistas, renuentes a añadir algo a su sencillo modo de transporte.

Que un producto mejore su seguridad es insuficiente. Tiene que ser genial, dijo Frankovich. “¿Quién en el mundo no sabe que un casco te salvará la vida?”, dijo. Sin embargo, muchos ciclistas los rechazan porque “piensan que se ven estúpidos”.

En varias tiendas de bicicletas contactadas para este artículo, los vendedores dijeron que les gustaban las Revolights, pero las consideraban caras, particularmente para los consumidores conscientes del costo que compran bicicletas de precios modestos.

Pero ese no es un problema en Mission Bicycle Co., la tienda de bicicletas personalizadas que produce bicicletas de 999 dólares. Revolights son “luces de moda y de alta tecnología”, dijo McCarley, el gerente. “Nuestros clientes aprecian el minimalismo”.

Hace años, Mission Bicycle Co. compartió una campaña de Kickstarter con Revolights, pero hoy, Mission Bikes está desarrollando una luz LED para ruedas para incorporarla en sus bicicletas.

Antes de que Goldwater iniciara Monkeylectric, consideraba a su proyecto de arte “un Ferrari”. El mercado existía, pero, dijo, “no podía imaginar cómo podía hacer un proyecto comercial a partir de eso”.

Su primera obra sería un precursor del producto exclusivo de Monkeylectric que, cuando gira, muestra videoclips de, digamos, un pez nadando o un perro corriendo; por 1,000 dólares.

Cuando Goldwater empezó, había solo una empresa de luces LED para bicicletas, Hokey Pokes. Carole Barnes, quien con su esposo, Richard, compró el negocio en 2005, dijo que desde entonces habían “perdido nuestro entusiasmo”. Venden unos cuantos cientos de luces al año, dijo.

Goldwater empezó a trabajar en su producto hace 12 años, cuando era ingeniero eléctrico en el Laboratorio de Medios del MIT e investigaba sobre robots de pintura y autoensamblaje. Hizo lo que él llama “una monumental pieza de arte”: la bicicleta con ruedas caleidoscópicas que montó en Burning Man. Para un ingeniero eléctrico que usa una bicicleta, añadir luces LED a los rayos de las ruedas “es un proyecto para demostrar un nuevo nivel de habilidad”, dijo Goldwater.

El atractivo es obvio: “Cuando se cobra velocidad, el efecto es mucho mayor que cuando se empieza”, dijo.

Las luces en las ruedas giratorias crean lo que los científicos llaman persistencia de la visión, lo cual es una ilusión. Cuando las ruedas de bicicletas con luces LED giran, nuestros ojos perciben la luz en movimiento como una imagen continúa.

Monkeylectric ha acudido a Kickstarter tres veces. La última, recaudó 248,331 dólares, gran parte en pedidos anticipados de nuevas luces que se encienden automáticamente cuando giran en la oscuridad.

Frankovich, el fundador de Revolights, tiene seis patentes en iluminación de bicicletas. Ha recaudado fondos en “Shark Tank”, Indiegogo y Kickstarter.

Ambas empresas han promovido sus productos en Facebook, Instagram y otros sitios. Pero Frankovich dijo que nada se comparaba con la “mercadotecnia viral en las calles”: los ciclistas que pedalean en calles oscuras, con iluminación en las ruedas.

“Cada bicicleta es una valla publicitaria para nosotros”, dijo.

Carol Pogash
© 2017 New York Times News Service