CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Estimados humanos, lectores de la presente: dos hechos hay que han sorprendido a la que firma: el primero, el profundo e intenso impacto que en su sentir ha producido la victoria de Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca; el segundo, el que muchos de ustedes estén viendo a dicho sujeto como a la serpiente en el Edén e incluso como a Lucifer, protagonista de la batalla que dizque tuvo lugar en el cielo. Su servidora cree que se equivocan. Considera que esos sentires se deben a su mala memoria o ausencia de la misma. Vean por qué.
Sorprendió y sigue sorprendiendo a esta servidora el que tantos de ustedes pensaran, por meses y muy buenas razones, que era impensable e imposible la elección de Trump para presidente de Estados Unidos, realidad que terminó por ser cierta históricamente, contradiciendo la opiniones, a veces indirectas y otras abiertas, de destacados líderes de opinión y escribas convencidos o al servicio de lo ya establecido, que veían y exponían –en los más diversos medios de comunicación, con suficientes argumentos bien cimentados– a dicho sujeto como un ser grotesco, ególatra, xenófobo, racista, iracundo, evasor de impuestos y machista.
Se equivocaron. Su servidora considera que si hubieran tenido memoria no se habrían sorprendido tanto y habrían tomado como natural el triunfo de tan cuestionable sujeto en la globalidad en la que se mueven, vertebrada y regida por hombres del poder que con sus decisiones a todos afectan, como son los políticos profesionales, los dueños de las grandes corporaciones financieras, industriales y de comercio, y en parte de los administradores de las mismas.
Eso ya ha sucedido y continúa sucediendo. Caso paradigmático, el de Silvio Berlusconi, en Italia. Y recuerden a los lobbistas en Estados Unidos, que acuden al Congreso para influir sobre los congresistas en favor de los muy particulares intereses de los que son representantes. ¿Y acaso en otros países no existen grupos que ejercen determinadas presiones políticas o económicas, incluso fuera de los parlamentos o congresos? Y el Brexit inglés, ¿qué me dicen de él? ¿No se parece en mucho a lo que pretende Trump?
No ha sorprendido ni sorprende a esta servidora el que muchos de ustedes sigan criticando duramente a Trump, pues el sujeto se lo merece, pero sí extraña el que tantos de sus líderes de opinión lo vean y lo exhiban de manera indirecta o abierta, en los diversos medios de comunicación, como serpiente del Edén o el siniestro Luzbel, malvado protagonista de una rebelión que perturbó el beatífico orden del Cielo, pues su servidora considera que esa sugerencia o afirmación es más bien una argucia al insinuar que la globalidad en que viven es como un paraíso o cielo, ya que en la misma se han dado y se dan reformas a leyes imperantes en cada país que han dado por resultado el debilitamiento o “adelgazamiento” de los gobiernos, hecho justificado con la ideología de que “la iniciativa privada hace más cosas y mejor”, de lo que ha resultado la disminución de la soberanía de las naciones, lo cual facilita que los capitalistas vayan imponiendo leyes internacionales en todos los rincones de la Tierra.
Esas leyes tienen como fin el poner al salvo los intereses y privilegios del capital y los capitalistas, a lo que hay que añadir la llamada “flexibilización de la leyes laborales”, que tienen como meta la tendencia a la desvalorización del trabajo, como lo demuestra el que los patrones puedan ya aumentar sus ganancias mediante la disminución de los costos de contratación y facilidad para el despido de los trabajadores; que los contraten por medio de terceros, lo que facilita emplearlos por tiempos limitados (por meses, semanas, días e incluso horas), e imponerles regímenes laborales especiales, medidas todas que precarizan el trabajo al posibilitar la eliminación de los servicios de salud, prestaciones de ley, reparto de utilidades, jubilación, y no olviden los “recortes” a los gastos sociales que están a la orden del día, conjunto de hechos que han propiciado y propician que cada vez la riqueza se esté concentrando en menos manos, y la zanjas de los que tienen casi todo, los que obtienen poco y los que tienen menos, son cada vez más profundas y más extensas.
Por eso la sugerencia, la insinuación y más la afirmación de que la globalidad en que viven es un Edén o un Cielo de bienaventurados en peligro por Trump es de risa, o como para que se pongan a temblar, suden frío y se les ponga el pelo de punta, ¿pues se figuran cómo puede ser el infierno anunciado y por nadie deseado?
Con la esperanza de que hagan uso de la memoria y así dejen de forjar con la histeria su historia, la musa de la misma.
