Margarita Zavala o la mano que mece la cuna

Justo en los momentos en que el PAN se libra una guerra por la candidatura a la presidencia de México, surgen nuevos señalamientos que implican al ex presidente  Felipe Caderón en un caso de corrupción internacional del que no se libra su esposa Margarita Zavala.

Con frecuencia, Margarita Zavala  ha hecho referencia a que es la única que puede frenar a Andrés Manuel López Obrador porque está claro que es a quien temen porque saben que va a acabar con sus privilegios, pero su silencio cómplice, su encubrimiento en torno a los atropellos que su marido cometió contra los mexicanos, pasan a convertirla de una silenciosa encubridora, a la mano que mece la cuna, a la titiritera que mueve los hilos de Felipe Calderón, una marioneta en sus manos.

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Calló cuando su esposo sumió a México en una infructuosa guerra contra el narco que derramó mucha sangre inocente pues lejos de ser el presidente del empleo como se proclamó en campaña, fue el presidente de la muerte.

Calló cuando se reveló que su hermano, Hildebrando Zavala, recibió jugosos contratos de parte de su cuñado, Felipe Calderón.

Calló cuando la tragedia de la guardería ABC alcanzó a sus familiares.

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El periodista Jaime Avilés la retrató de cuerpo entero cuando escribió que “Felipe Calderón desató la violencia nigeriana que padecemos y sale en los diarios en compañía de sus hijos como si fuera un buen padre de familia y no un genocida, mientras Bloody Lady, su esposa, anda por la vida como si fuera una persona decente que aspira a ser candidata presidencial”.

Todas las atrocidades perpetradas por su esposo, fueron cometidas no solo con el conocimiento de Margarita sino incluso alentadas por ella, quien de esta forma se revela como la mujer ambiciosa, que llegó al grado de compararse con Hillary Clinton a cuya convención en Filadelfia acudió en un intento de subirse a lo que iba a ser el tren de su triunfo.

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Sin un trabajo visible, Margarita hace campaña con dineros públicos de la pensión que recibe su esposo, quien hoy dice que vive de su actividad como conferencista

La investigación sobre Obedrecht  no es broma alguna: el más alto ejecutivo de la multinacional,  Marcelo Obedrecht,  está en la cárcel por casi 20 años; en Perú la investigación apunta a su ex presidente Alejandro Toledo, en Brasil el gobierno del ex presidente Lula da Silva está bajo la lupa, y un correo electrónico entre directivos de la empresa liga a Calderón con un millonario proyecto.

No es casualidad que en ese contexto, Pemex cancelara tres proyectos de infraestructura propios, para no competir con la inversión de Odebrecht. A partir de 2010 la empresa dejó de invertir nueve mil 644 millones de pesos, para darle prioridad al proyecto Etileno XXI.

Odebrecht se vio beneficiada con contratos  5 mil millones de dólares  para los cuales dio sobornos por 10.5 millones , en operaciones que suenan parecidas a las de Higa con Enrique Peña Nieto y otros tantos ejemplos.

Con el cinismo que lo caracteriza, recordemos su célebre frase “Haiga sido como haiga sido”, Calderón Hinojosa solo acertó a decir que las acusaciones en su contra son una mentira. Pero la lógica es muy simple: si la empresa sobornó a funcionarios y presidentes de Brasil, de Perú, de varias naciones más, ¿porqué no habría hecho lo mismo en México? ¿Acaso ocupamos uno de los primeros lugares del Indice de Percepción de Corrupción y no el 123 de 176? ¿Acaso nuestros funcionarios han sido ejemplo de honestidad?

Lo hemos sostenido: a su paso por la Secretaría de Energía, Calderón Hinojosa hizo los amarres suficientes para catapultarse a la presidencia de México, hipotecando desde entonces el futuro de nuestra nación.

Minería, gas, petróleo y otros recursos de nuestra patria, fueron pactados por Calderón ante poderosas transnacionales para imponerse a Fox y a su favorito, Santiago Creel, y así lo cumplió durante su oscuro mandato.

No olvidemos que la reforma energética que concretó otro pésimo mandatario, Enrique Peña Nieto, nació durante la nefasta administración de Felipe, a quien se le ha acusado de borracho, de asesino con su guerra contra el narco, que sumada a la incompetencia de su sucesor, ya dejó un saldo de 208 mil muertos en nuestro país desde 2007 hasta 2016 y durante todo el gobierno de su esposo, Margarita jamás tuvo un pronunciamiento en torno a esas vidas segadas.

Su silencio la hace cómplice de una de las etapas más oscuras de nuestra historia reciente.

No es de dudarse que para ayudar a su esposa Margarita Zavala, a secuestrar la candidatura del PAN tal como él lo hizo en su tiempo, el ex presidente pudiera volver a mover sus hilos con las multinacionales petroleras para ayudarle a conquistar la presidencia.

Sin necesidad de una bola de cristal, ya estamos viendo que en ese escenario en que Margarita sea postulada, México volvería a quedar en manos de la pareja Calderón-Zavala y de  las grandes empresas que ya han exprimido a los mexicanos tantas y tantas veces.