La policía española disparó a cinco sospechosos de terrorismo en la localidad costera de Cambrils, al suroeste de Barcelona, después de que estos arrollaran a otro grupo de peatones como parte de lo que parecía ser el segundo ataque terrorista en el país en el transcurso de un día.
Algunos de los sospechosos, que viajaban en un Audi A3, llevaban lo que parecían ser cinturones explosivos en un alboroto que tuvo lugar horas después de que una furgoneta hubiese arrollado a peatones y turistas en el famoso barrio de Las Ramblas, matando a 13 e hiriendo a unos 100.
El atentado del viernes en Cambrils, en el que seis transeúntes y un policía también resultaron heridos, se produjo al final de las 24 horas de intensa violencia a lo largo de la costa catalana, que según la policía era el trabajo de una célula terrorista decidida a “matar a tantas personas como fuese posible”.
Un video de Cambrils, a 120 kilómetros de Barcelona, mostró tres cuerpos tirados en el suelo en el puerto de la ciudad. La policía instó a los residentes locales a permanecer en sus casas y más tarde llevó a cabo explosiones controladas en dispositivos sospechosos de explosivos, en medio de informes de los sospechosos habían estado usando chalecos suicidas o cinturones.
Se cree que parte de la célula terrorista ha estallado en las primeras horas del jueves por la mañana mientras intentaba armar una bomba en una casa de otra ciudad costera, Alcanar Platja, a unos 200 km al sur de la costa de Barcelona. Una persona murió y otras resultaron heridas en una explosión inicial que destruyó la casa. La policía y los bomberos que llegaron al lugar fueron heridos por una segunda explosión.
Inicialmente se informó que las explosiones de Alcanar habían sido causadas por cilindros de gas. El supuesto vínculo con una célula terrorista fue revelado por la policía sólo después del devastador ataque de Barcelona.
Con información de The Guardian
