México y AL han pasado de ser países productores y de tránsito a consumidores de drogas, advierten

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- México y los países de América Latina han pasado de ser naciones productoras y de tránsito de drogas a consumidoras de estupefacientes, indica el nuevo informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

Raúl Martin del Campo, miembro de la JIFE, señaló que si bien los países de la región todavía no alcanzan los niveles de consumo de drogas registrados en Estados Unidos y Canadá, el uso de estas sustancias está incrementando de manera significativa.

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“La JIFE hace un llamamiento a fortalecer los programas preventivos y la posibilidad de tener acceso a tratamiento”, dijo.

De acuerdo con un comunicado de ONU México, el Informe Mundial 2016 de la JIFE indica que en 2015 siguió aumentando el temor ante los niveles crecientes de consumo de drogas sintéticas por los jóvenes en América del Sur y se reportaron elevadas tasas de uso indebido de estimulantes de tipo anfetamínico entre los jóvenes de la región.

“El cannabis sigue siendo la droga que más se consume en la región, sin embargo, las tasas de consumo de cocaína entre los estudiantes de enseñanza secundaria eran más altas en América del Sur que en las demás zonas de América”, menciona el documento.

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Agrega que existían grandes diferencias en los niveles de consumo en los diferentes países de los que se reunieron datos.

La JIFE expresó su preocupación por la aparición de sustancias psicoactivas de origen vegetal y no fiscalizadas en el mercado de drogas de América del Sur, las cuales están consumidas en su mayoría por jóvenes.

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En tanto, el tráfico de cocaína sigue siendo motivo de preocupación, dice el comunicado de ONU México, puesto que en 2014, el 87% de esta sustancia que se introducía en Estados Unidos transitaba por Centroamérica y México y cerca del 13% por el Caribe.

Si bien varios países de la región han aprobado enmiendas legislativas relativas a políticas sobre drogas, aún está por determinarse su cumplimento de los tratados de fiscalización internacional de drogas.

En el caso particular de México, la JIFE destaca la nueva estrategia nacional de aumentar el acceso a las sustancias sometidas a fiscalización con fines de tratamiento del dolor y de cuidados paliativos, la cual tiene por objetivo facilitar la dispensación, prescripción y administración de preparados farmacéuticos que contienen opiáceos.

Con esta nueva estrategia, la gama de recetas diferentes aumentó entre junio de 2015 y enero de 2016 y el número de prescriptores registrados también incrementó. Por lo tanto, la JIFE alienta a los gobiernos a examinar y mejorar su actuación en este ámbito.
En cuanto al acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC), la Junta espera que este acontecimiento tenga un efecto positivo sobre la situación de la fiscalización de drogas en el país.

La JIFE también alerta sobre el consumo de drogas en las mujeres y menciona que los países registran un aumento desproporcionado de sobredosis entre este género.

El documento señala que a las mujeres se les recetan más estupefacientes y ansiolíticos, por lo que es más probable que utilicen esos medicamentos de forma indebida.

Raúl Martin del Campo indica que esta situación se debe a muchos factores, ya que en la sociedad actual el papel de la mujer está cambiando de manera profunda.

“También tiene que ver con esta necesidad de que la mujer debe sentir que puede hacer lo mismo que el hombre, aunque se está entendiendo con una conducta respecto a la salud. Además, tenemos una sociedad que le da mucho más libertad a las mujeres, aunque después las mujeres son víctimas de una serie de estigmas por ser consumidoras de sustancias”, explicó.

“El consumo de medicinas, como las para liberar la ansiedad o la depresión, es muchísimo más frecuente entre mujeres que entre hombres y a veces ocurre que las mujeres empiecen a hacer mal uso de estas sustancias y entonces generan una dependencia”, agregó.

Por lo tanto, la JIFE llamó a los gobiernos a hacer más para proteger los derechos de las mujeres en las políticas sobre el consumo y tráfico de drogas.