Hay mujeres que sufren bochornos durante años debido a la menopausia

¿Qué tipo de bochornos padece usted?

Desde hace mucho tiempo que se considera al bochorno _ esa repentina sensación de calor que puede hacer que una mujer se sonroje y quede bañada en sudor _ como un síntoma que define a la menopausia. Sin embargo, nueva investigación muestra que la aparición y la duración de los bochornos pueden variar en forma significativa de una mujer a otra y que, al parecer, todas encajan en cuatro categorías de sofocos.

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Algunas mujeres que presentan una “aparición precoz” de los bochornos empiezan a experimentarlos mucho antes de la menopausia. Los síntomas pueden presentarse cinco a 10 años antes de la última regla de una mujer, pero los síntomas desaparecen más o menos en el ciclo menstrual final.

También están las mujeres que no experimentan su primer bochorno sino hasta después de la última menstruación, que son las del grupo de “aparición tardía”. Y algunas mujeres quedan en un grupo al que los investigadores llaman “unas cuantas suertudas”. Algunas de ellas nunca experimentan ningún sofoco en su vida, en tanto que otras padecen brevemente algunos ya cercano el final de la transición menopaúsica.

Y también están las que sufren los “súper bochornos”. Este grupo de mujeres desafortunadas incluye a una de cada cuatro mujeres en edad media. Ellas empiezan a sentir sofocos relativamente pronto en la vida, en forma parecida al grupo de aparición precoz. Sin embargo, los síntomas persisten mucho después de pasada la menopausia, como las del grupo de aparición tardía. Los síntomas le pueden durar 15 años o más.

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Las conclusiones corresponden al Estudio de la Salud de las Mujeres en Estados Unidos o SWAN, por sus siglas en inglés, mismo que se ha realizado en los últimos 22 años, siguiendo la salud física, biológica y psicológica de 3,302 mujeres de diversos orígenes raciales y étnicos. El estudio se está realizando en siete centros de investigación por todo el país y lo financian los Institutos Nacionales de Salud.

“Echa por tierra nuestro típico mito alrededor de los bochornos de que solo duran unos cuantos años y todas siguen el mismo patrón”, explicó Rebecca Thurston, autora sénior y profesora de psiquiatría y epidemiología en la Universidad de Pittsburgh. “Podremos ayudar mejor a las mujeres una vez que sepamos cuál es la categoría a la que probablemente pertenecen”.

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Eso incluye a mujeres como Lynn Moran, con 70 años de edad, una asistente financiera ya retirada, quien vive cerca de Pittsburgh y se ubica en la categoría de “súper bochornos”. Recuerda el primer bochorno más o menos a los 47 años.

Si bien al principio los síntomas eran sutiles, se hicieron cada vez más molestos. “Era suficiente que me despertaran de un sueño profundo”, contó. “No dormía bien porque se producían toda la noche y todo el día. Me sentía miserable”.

Moran inició un tratamiento hormonal que ayudó, pero no eliminó los síntomas. Sin embargo, cuando los estudios médicos empezaron a mostrar riesgos a la salud asociados con esa terapia, su médico la aconsejó que dejara de usar las hormonas. Esperó otros 18 meses hasta que se retiró y luego dejó de tomarlas en el 2005.

“Retornaron los bochornos en forma vengativa” y no han parado desde entonces.

“Todavía los tengo. Todavía me río por ellos”, dijo y contó que puede padecerlos varias veces al día. “Me estoy tratando de arreglar para ir a alguna parte, enchinándome el cabello y me tengo que volver a hacer todo y secarme el cabello otra vez porque estoy empapada. Literalmente, se me escurre el maquillaje por la cara. Aquí estoy, con 70 años de edad, quejándome de los bochornos”.

Thurston nota que conocer las variaciones en los bochornos es importante para conocer la salud de la mujeres a mitad de la vida. Varios estudios indican que la aparición y duración del sofoco puede ser un indicador de la salud cardiovascular de una mujer. Se encontró en un estudio del 2012, publicado en la revista “Obstetrics and Gynecology”, que los bochornos frecuentes están asociados a marcadores del colesterol más elevados, en particular, en mujeres delgadas.

Los hallazgos más recientes del estudio SWAN identificaron algunos patrones en torno a los cuatro subconjuntos de mujeres que experimentaron distintos grados de bochornos. Las mujeres quedaron distribuidas en forma más o menos igual en los grupos, lo que significa que 75 por ciento de ellas experimentó cierto grado de sofoco, en tanto que solo 25 por ciento no presentó ningún síntoma.

Fue más probable que las mujeres del grupo de aparición precoz fueran blancas y obesas. Las del grupo de aparición tardía tendieron a ser fumadoras. Fue más frecuente que las pocas suertudas que no padecieron bochornos o solo unos cuantos fueran asiáticas o que tenían mejor salud. Fue más factible que las de los súper bochornos fueran afro-estadounidenses. También fue más probable que se tratara de mujeres en peor estado de salud o que consumieran alcohol con regularidad. Sin embargo, los investigadores advirtieron que si bien identificaron algunas tendencias estadísticas en cada grupo, es importante notar que cada subconjunto de mujeres que padecen bochornos incluye a una diversidad que representa a todas las razas, los orígenes étnicos, los pesos corporales y las categorías de salud. No pareció que fuera un solo factor el que determinara el riesgo de que una mujer entrara en alguna de las categorías de sofocos.

Por ejemplo, si bien son tres veces más las probabilidades de que las afro-estadounidenses entren en el grupo de súper bochornos, solo representaron 40 por ciento de ese grupo. El restante 60 por ciento fue blancas, algunas asiáticas y de otros grupos.

Thurston dijo que es importante que los doctores sepan que 75 por ciento de las mujeres padece bochornos a mitad de la vida y que para la mitad de ellas _ las del grupo de aparición tardía y del súper bochorno _ los síntomas persisten bien pasada la menopausia.

“Desmiente a la sabiduría popular de que las mujeres tienen estos síntomas por tres a cinco años, más o menos, al final de la menstruación”, dijo. “Ahora sabemos que para la mayoría de las mujeres eso está evidentemente equivocado”.

Tara Parker Pope
© 2016 New York Times News Service