Niega Carstens que su salida de Banxico implique desencuentro con Peña

CIUDAD DE MEXICO (apro).- Agustín Carstens negó que su renuncia a seguir encabezando el Banco de México (Banxico) fuera provocada por un desencuentro con la Secretaría de Hacienda o el gobierno de Enrique Peña Nieto.

En rueda de prensa, realizada al mediodía en las instalaciones del banco central, Carstens, quien dejará su puesto en julio próximo para incorporarse como gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), también negó “dejar el barco en medio de la tormenta”.

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“De ninguna manera se debe leer mi salida como una reacción de mi parte a una situación coyuntural o algún supuesto desencuentro con la Secretaría de Hacienda o con el gobierno federal. No hay nada de eso”, justificó.

Luego buscó aclarar: “Lamentablemente los tiempos no los marco yo, no los marca México, los marca un institución global, que es el Banco de Pagos Internacionales, tienen sus procesos. La realidad es que así estuvieron los tiempos, y la decisión de tomar esta oportunidad es por el interés de seguir sirviendo en un ámbito más global”.

Y para desterrar cualquier viso de desencuentro, Carstens se apuró a argumetar:

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“Cuando yo digo los pequeños destellos de diferentes opiniones en un mundo de altísima incertidumbre, no se deben interpretar como desavenencias o pleitos, sino como una reflexión en un mundo de incertidumbre en el que estamos viviendo. Yo no tengo más que agradecimiento con Caderón y Peña Nieto por estar en este banco, así como con los secretarios de Hacienda”.

 

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Del “catarrito” al reproche a Hacienda

El papel de Carstens en las decisiones económicas del país data desde 2006, cuando fue nombrado por Felipe Calderón titular de la SHCP. Ya en enero del 2010 encabezó la Junta de Gobierno del Banxico, en la que se mantendrá hasta el séptimo mes de 2017.

En la crisis económica de 2008-2009, cuando la economía mexicana se desplomó más de 6% Carstens, quien aún era secretario de Hacienda, aseguró que sólo se trataba de “un catarrito”, aunque la realidad fue otra.

La recesión proveniente de Estados Unidos arrojó un crecimiento mediano del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano en los siguientes años, además de millones de personas sumadas a las filas de la pobreza y la informalidad, con una desigualdad exacerbada.

Durante el sexenio de Peña Nieto, el aún gobernador del Banxico se manifestó siempre a favor de las reformas estructurales y logró que la inflación se mantuviera cercana a 3%.

Sin embargo, en los últimos años reprochó al gobierno federal, específicamente a la SHCP de Luis Videgaray, el crecimiento de la deuda, la cual pone en vilo la salud de las finanzas públicas.

Aún más, en los últimos meses el banco central se vio obligado a subastar millones de dólares en el mercado cambiario a raíz de la depreciación del peso frente al dólar, al grado de usar reservas internacionales, ante el incremento de las tasas por parte de la Reserva Federal (Fed) estadunidense, así como de otras situaciones como los precios del petróleo, el Brexit inglés, la desaceleración de la economía China, además del lento crecimiento de México.

Hace algunas semanas el Banxico incrementó su tasa de interés a 5.25% como respuesta a los mercados, quienes reaccionaron con incertidumbre por la victoria de Donald Trump en la elección norteamericana. Con lo anterior, el margen de maniobra del Banco de México se redujo.

 

“Espero que la tormenta no dure tanto”: Carstens

El aún encargado de la política monetaria del Banxico fue optimista al presentar su renuncia:

“Estaré aquí siete meses y espero que la tormenta no dure tanto, aquí estaré con toda entrega con la Junta de Gobierno, con todo el banco, pero también debo subrayar con una gran coordinación con la Secretaría de Hacienda en los diferentes ámbitos y órganos en los cuales interactuamos”, dijo a reporteros.

Carstens aseguró que el Banxico goza de autonomía, por lo que se va con tranquilidad.

“A mí lo que me da tranquilidad y lo que me permite tomar con toda responsabilidad esta decisión, es el hecho de que el Banco de México es una institución muy bien formada, es una institución que dentro de su vida autónoma el Ejecutivo y el Legislativo la han respetado, una institución de gran capital humano. Es una institución que no depende del gobernador. Yo soy uno de cinco en la toma de decisiones, y soy el vocero en cierto sentido”, admitió.

Fue más allá: “La fortaleza institucional que tiene el Banxico permite que yo tome este paso, estoy seguro de que el señor presidente hará una designación atinada. En este sentido el Banxico va a tener un buen gobernador y el país va a ganar a un representante en una institución de alta responsabilidad en el exterior. Esto es una ganancia neta para el país”.

Con tono sereno, el titular del Banxico se dio tiempo de bromear cuando le preguntaron sobre el perfil que debe tener el siguiente gobernador.

Sonriendo, acotó: “Que sea más esbelto, yo creo que eso sí recomendaría”, ante la risa de la prensa que se dio cita en las instalaciones de la avenida 5 de Mayo en el corazón de la ciudad.

Inmediatamente compuso y sugirió que al interior de la Junta de Gobierno del Banxico se encuentra el candidato.

“Las personas que cumplan con esos requisitos, son más que apropiados para tener una posición dentro de la Junta de Gobierno. Sin duda los miembros de la Junta tienen el perfil. Dentro de este universo y el externo, el señor presidente tendrá que identificar a la mejor persona”, concedió.

 

Con experiencia en organismos internacionales

Carstens ya había ocupado cargos en organismos internaciones. Se desempeñó también como presidente del Comité de Desarrollo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial de marzo de 2007 a octubre 2009. Además, en enero de 2011 el Consejo de Administración del BIS eligió al gobernador como integrante de dicho Consejo.

Más reciente, el 20 de febrero de 2015 fue elegido por los miembros del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), el órgano rector de las políticas del FMI, presidente del Comité para un periodo de tres años, a partir del 23 de marzo de 2015.

Sin embargo, la gran derrota de Carstens fue ante la francesa Christine Lagarde, quien asumió el cargo de directora gerente en el FMI. Ahí es donde el mexicano quiso llegar, pero no prosperó su candidatura.

Fue hasta esta mañana cuando el presidente del Consejo de Administración del BIS, Jens Weidmann, le comunicó al gobernador del Banxico que dicho Consejo decidió designarlo como gerente general del BIS a partir del 1 de octubre de 2017, por un periodo de cinco años.