Rio de Janeiro velaba el domingo a siete jóvenes de la favela Cidade de Deus tras una noche de enfrentamientos y, a pocos kilómetros, a cuatro oficiales que perecieron al estrellarse un helicóptero que prestaba apoyo a la intervención policial.
En un nueva jornada de luto y tensión en la ciudad que en agosto cerró el telón de unos luminosos Juegos Olímpicos, varias unidades del Comando de Operaciones Especiales (COE) y batallones de la comandancia policial de la zona oeste de Rio se desplegaron en la favela, densamente poblada.
“La operación policial (…) no tiene un plazo para concluir”, dijo el secretario de Seguridad del Estado, Roberto Sá.
“Toda la favela está ocupada por la policía”, refirió por teléfono a la AFP un habitante del lugar, que pidió el anonimato.
Las fuerzas de seguridad se abstuvieron sin embargo de aproximarse a la zona conocida como Karaté, donde eran velados los siete jóvenes cuyos cuerpos aparecieron por la mañana entre los matorrales vecinos, indicó.
Según familiares citados por el portal G1, del grupo O Globo, los fallecidos tenían señales de haber sido apuñalados y torturados.
Consultadas por la AFP, las autoridades indicaron que aún carecían de informes sobre la muerte de los jóvenes.
Sá aseguró que “la policía investiga las muertes” y “que no habrá tolerancia con cualquier exceso” por parte de las fuerzas de seguridad.