Peña Nieto quiso aparentar lo que no es

Para nadie es un secreto que a Enrique Peña Nieto le falta todo para ser un buen presidente de la república y que cada vez que pretende parecer un líder sólo consigue hacer el ridículo.

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Sus constantes tropiezos en el ejercicio de la función pública se derivan de su impreparación académica, su falta de oficio político y su probada deshonestidad.

Enrique Peña Nieto es un politico improvisado que responde a las órdenes del expresidente Carlos Salinas de Gortari.

Seguramente, atendiendo instrucciones de Salinas, Peña Nieto quizo utilizar la Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada recientemente en Canadá para demostrarle al mundo lo que no es: un gran estadista.

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Sin que fuera tema de la reunión ni nadie le preguntara su opinión al respecto, Peña sorprendió a la audiencia con el discurso de un demagodo en contra de un supuesto populismo.

De inmediato, el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, le respondió que él mismo se considera un político populista debido a su larga lucha en favor de los grupos más vulnerables

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Ignorante como es, Peña pasó por alto que tanto el presidente norteamericano como el primer ministro canadiense construyeron sus carreras políticas defendiendo causas populares de alto contenido social.

Esto es algo que Peña no puede comprender porque él es producto del Canal de las Estrellas, del fraude electoral y del apropiamiendo desmedido de recursos públicos.

Por todas esas razones a Peña Nieto le falta calidad moral para convencer a lo demás de un liderazgo que no tiene. Su incompetencia y los oscuros intereses que representa hacen que su discurso resulte hueco, ridículo y fuera de lugar.

Peña Nieto es además un oportunista. Se cuelga medallas que no le corresponden.

Hace dos años, en mi carácter de diputado federal y ante el Parlamento del Canadá, demandé un trato recíproco para que se permita el libre ingreso de nuestros paisanos a ese país como ocurre con los canadienses cuando vienen a México.

Me da gusto que finalmente nuestra gestión haya dado frutos ya que a partir del primero de diciembre no será necesario que los mexicanos tengan una visa para ingresar al Canadá.