Perdue busca que los pollos estén más contentos y más cómodos

SEAFORD, Delaware _ La luz del sol inunda el suelo en uno de los extremos del gallinero aquí, en Ash-O-Ley Acres, y vivaces gallinitas Cornish baten las alas y se persiguen unas a otras.

En el otro extremo del establo, donde las ventanas están cubiertas por ser parte de una demostración para comparar y contrastar, la parvada está, en general, somnolienta y se mueve con lentitud.

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En los próximos años, todos los pollos de Perdue _ 676 millones el año pasado _ van a disfrutar la luz del sol como parte de una ambiciosa reforma en las prácticas de bienestar para los animales de la empresa. El compromiso hará que Perdue tenga estándares similares a los de Europa, a los cuales el sector avícola estadounidense ha desestimado desde hace mucho por anticuados, ineficientes y costosos.

Además de instalar ventanas, la compañía planea darles más espacio a sus pollos en los gallineros. Podría meterse con la crianza para reducir la velocidad a la que crecen las aves o reducir el tamaño de las pechugas, medidas que reducirían la cantidad y la gravedad de las lesiones en las patas, un programa que ha generado atención no deseada hacia la compañía.

Asimismo, Perdue hará que sus pollos duerman antes de matarlos, una medida que adoptó Bell & Evans, una pequeña empresa avícola, hace varios años.

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“Vamos a ir más allá de lo que necesita un pollo y a darles a los pollos lo que quieren”, notó Jim Perdue, cuyo abuelo fundó el negocio en 1920.

El sector ha argüido desde hace tiempo que tales estándares aumentarían los costos de los productores que, al final, le pasarían a los consumidores. Sin embargo, Perdue, que tuvo ventas por 6,000 millones de dólares el año pasado e incrementó la producción en más de nueve por ciento, está apostando a que tales inquietudes son exageradas según su experiencia hasta ahora.

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La medida también puede tener un efecto arrasador en el sector y obligaría a lo competidores a adoptar prácticas similares. Cuando Perdue anunció que pretendía ya no usar antibióticos, muchos de sus competidores siguieron rápidamente el ejemplo por exigencia de sus grandes clientes.

“Cambiará la forma en la que se hacen los negocios en tantas formas”, notó Perdue.

Diversas encuestas que levantaron los sectores de lácteos y cárnicos indican que a las personas les importa y quieren saber cuál es el bienestar de los animales. Por esa razón, dijo Perdue, la compañía planea emitir informes anuales sobre los avances en los nuevos estándares.

“Queremos que se nos haga rendir cuentas”, dijo. “Si fallamos, tenemos que estar preparados para decir que fallamos”.

A finales del 2014, la Compasión en la Agricultura Mundial, una organización por los derechos de los animales, dio a conocer un video grabado en una granja con contrato de Perdue, en el que se muestra a las aves con pechos rojos, al descubierto, por haber estado demasiado tiempo sobre desperdicios llenos de amoniaco y heces. Unos meses antes, Perdue estuvo de acuerdo en dejar de usar la frase “criados humanamente” en los empaques de su marca de pollo Harvestland para arreglar una demanda civil presentada por la Sociedad Humanitaria de Estados Unidos.

No obstante, en una entrevista hace un año, Perdue no se disculpó y enfatizó que el Departamento de Agricultura había refrendado los estándares de bienestar de Perdue.

Así es que Leah Garces, la directora de la sección estadounidense de Compasión se sorprendió este invierno cuando Perdue la invitó a hablar sobre el bienestar de los animales con Bruce Stewart-Brown, su vicepresidente sénior para la seguridad alimentaria, la calidad y las operaciones en vivo.

“Cuando te sientas a la mesa con alguien como Bruce quien está representando a una compañía enorme de pollos, piensas que no es posible que tengan nada en común”, dijo Garces. “Luego empiezas a hablar y te das cuenta de que tienes más en común de lo que pensabas”.

Comentó que mientras Tyson Foods, el mayor productor de carne de ave de Estados Unidos, les pidió a sus granjeros que adoptaran lo que se conoce como las cinco libertades del bienestar animal _ incluidas las de carecer de incomodidades, la del miedo y la de la angustia _, Perdue va más allá al insistir en que sus granjeros las hagan cumplir.

“Perdue va muchísimo más allá de lo que ha hecho Tyson, y ningún otro gran productor de carne de aves se ha acercado a esos dos”, comentó Garces.

Durante la última década más o menos, Perdue ha hecho más que cualquier otro productor estadounidenses para eliminar de sus procedimientos los antibióticos de todos tipos. Eso hizo imposible seguir criando tantas aves en espacios tan apretados y en condiciones que muchas personas consideran poco sanitarias. Tyson y Pilgrim’s Pride, el segundo productor más grande de pollos del mundo, también están reduciendo el uso de antibióticos.

La adquisición en el 2011 de Coleman Natural Foods, un productor de carnes orgánicas, así como de la adquisición el año pasado de Niman Ranch, un productor de muy alta calidad de carnes de puerco y res, también ayudó a persuadir a Perdue que su compañía, ahora el mayor productor de pollos orgánicos, podía mejorar el bienestar de los animales sin dañar al negocio.

“En tanto gran productor de pollo, piensas que va a haber muchísimos más problemas criando un pollo orgánico, pero, luego, te das cuenta de que hay muchos beneficios al criar pollos de esa forma, que se puede aplicar a criar pollos más convencionalmente”, dijo.

Perdue viajó por todo el país hace poco y habló con los 2,200 granjeros de la compañía sobre el nuevo programa de bienestar de los animales.

Ya no solo se va a compensar a los avicultores exclusivamente por la eficiencia; más bien, Perdue los recompensará por asegurar un mejor bienestar para las aves a las que atienden.

Stephanie Strom
© 2016 New York Times News Service