El primer portaaviones de China surgió de la niebla en las aguas al sur de Hong Kong el viernes por la mañana cuando una flotilla de cuatro barcos de guerra dio una potente demostración del poder de Beijing.
El portaaviones, bautizado como el Liaoning después de la provincia del noreste de China, navegó junto a más de media docena de buques portacontenedores que entraron en las aguas de Hong Kong a las 7.30 de la mañana.
La visita inaugural del buque a Hong Kong se produjo menos de una semana después de que el presidente chino, Xi Jinping, recorriera la ciudad, advirtiendo que la antigua colonia británica no debía convertirse en la plataforma de lanzamiento de los desafíos a la autoridad de Beijing.
En medio de los llamamientos para una mayor autonomía e incluso la independencia absoluta de algunos hongkoneses, muchos vieron el convoy naval como un mensaje de la línea dura de Xi.
“La visita de Liaoning es una escalada de los esfuerzos de Pekín para apretar Hong Kong y pretende mostrar que los militares tienen un papel en la salvaguarda de los intereses del gobierno chino”, dijo Willy Lam, profesor de política de la Universidad China de Hong Kong.
“El mensaje no sutil es que si hay protestas masivas o las cosas se salen de las manos, Beijing no dudará en invocar a los soldados para sofocar cualquier rebelión percibida contra el Partido Comunista”.
Funcionarios británicos y estadounidenses han expresado su preocupación por el retroceso de las libertades en la ciudad y la creciente influencia de los funcionarios chinos en el gobierno local. El espectáculo del poder militar sirvió para “recordar al oeste que Pekín está en control y utilizará cualquier medio para aplastar los esfuerzos para socavar la soberanía de China”, dijo Lam.
Con información de The Guardian
