El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha reprendido al Parlamento Europeo por aprobar una resolución condenando sus planes de revivir la pena de muerte para los condenados por delitos de narcotráfico.
“Hablaré en inglés”, dijo, hablando con expatriados filipinos en una visita estatal de dos días a Myanmar. “No impongan su cultura o sus creencia en ningún gobierno de este planeta. No se impongan a otros países, especialmente a nosotros.
-¿Por qué no se preocupan de sus propios asuntos? ¿Por qué tienen que jodernos a nosotros, maldita sea? “
Desde que asumió el cargo en julio del año pasado, Duterte, ha llevado a una sangrienta guerra contra las drogas que ha matado a más de 7.000 personas. Muchos de los muertos son presuntos traficantes de bajo nivel y presuntos drogadictos.
Amado por muchos en las Filipinas por su estilo confrontacional, el presidente ha desatado su furia sobre sus críticos, etiquetando a las Naciones Unidas de “estúpidas”, y al ex presidente estadounidense Barack Obama como un “hijo de puta”. También anunció que mató personalmente a criminales, incluyendo lanzar a un sospechoso a su muerte desde un helicóptero.
La Cámara de Representantes de Filipinas aprobó este mes una versión de la ley sobre la pena de muerte que permitirá la ejecución de presos con drogas por ahorcamiento, fusilamiento o inyección letal. El borrador pasará ahora al Senado.
Una resolución emitida por legisladores de la Unión Europea la semana pasada dijo que estaba “profundamente alarmada” de que Filipinas planificara reintroducir la pena de muerte y que consideraba que la pena de muerte era “cruel e inhumana … que no actuaba como un elemento disuasivo para los criminales” comportamiento.”
El texto también pidió la liberación de la crítica más destacada de Duterte, la senadora Leila de Lima, que fue arrestada el mes pasado por cargos de tráfico de drogas que la UE dijo que “son completamente fabricados”
El organismo también condenó las amenazas abiertas de Duterte para matar a defensores de los derechos humanos, “informes creíbles” de que las políticas filipinas falsifican evidencia para justificar ejecuciones extrajudiciales, y los planes de reducir la edad de responsabilidad penal a los nueve años.
Tras el asesinato de un hombre de negocios surcoreano por oficiales corruptos, Duterte detuvo todas las operaciones policiales en su campaña contra las drogas. Sin embargo, ha pedido al ejército que continúe la represión del crimen.
Más de dos tercios de todos los países del mundo han abolido la pena de muerte.
Filipinas fue uno de los primeros estados del sudeste asiático en prohibir las ejecuciones, aunque Duterte dijo en su discurso del domingo que el castigo era el ”favorito” en la región.
“Porque hay una pena de muerte en Indonesia, Malasia, y estoy tratando de revivirla”, dijo.
