Prevén nuevo “Gasolinazos” en agosto

Ciudad de México.- Además de los aumentos de las gasolinas Magna y Premium registrados durante el mes de julio, se prevé que durante el mes de agosto el precio incremente de 57 y 44 centavos más. De esta manera, la Magna y la Premium, que tienen un precio máximo de 13.40 y 14.37 pesos, llegarían a costar 13.97 y 14.81 pesos un mes después.

El importe del aumento a la Magna durante el mes de julio equivale a casi tres de los “gasolinazos” de los que el Gobierno acostumbró hacer mensualmente en el 2014, y para la Premium, cuatro. Los incrementos para agosto representarían otros seis de aquellos aumentos. En el resto del año, los precios permanecerían a ese nivel, salvo si se da un desbalance extraordinario en las finanzas públicas.

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Estas alzas aún no consideran los impactos indirectos derivados de los precios mayores en los combustibles, por ejemplo, en los costos de transporte. Además, dado que los precios determinados por Hacienda vía fórmula serán mayores a los topes establecidos para el 2016 en la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, habrá una “inflación reprimida”.

Según la fórmula, los precios de la gasolina deberían cerrar el año (en diciembre) en 15.42 y 16.14 pesos por litro, respectivamente, para la Magna y la Premium; pero por la restricción de la banda de precios quedarían limitados a 13.98 y 14.81 pesos por litro.

De esa manera, dicha “inflación reprimida” será de alrededor de 10 por ciento en los precios de las gasolinas. “Si el objetivo de las autoridades es acelerar y fomentar las importaciones de gasolina por el sector privado, entonces los precios tendrían que liberarse de la banda de +/- 3 por ciento (con respecto a los costos del 2015) cuanto antes”, consideró Guillermo Aboumrad, director de Estrategias de Mercado de Finamex Casa de Bolsa.

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La gasolina Magna ha sido 29 por ciento más cara que su similar en Houston, Texas; no obstante, con el aumento de julio podría ser hasta un 33 por ciento mayor y con los aumentos de agosto hasta un 42 por ciento más cara, pese a la depreciación del peso frente al dólar.