Vladimir Putin ha rechazado las críticas occidentales a su apoyo al régimen sirio, poco después de que el máximo diplomático estadounidense dijera que los días en el poder de Bashar al-Assad estaban contados, agudizando las tensiones entre los EE.UU. y Rusia antes de las conversaciones en Moscú.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, esperaba subrayar la posición de Estados Unidos con un mensaje unificado del G7, que condenó el ataque químico en una cumbre en Italia el martes. Sin embargo, los ministros de Relaciones Exteriores del G7 estuvieron divididos sobre posibles pasos futuros y se negaron a respaldar una llamada del Reino Unido para nuevas sanciones.
Putin dijo que las acusaciones occidentales y turcas de que el gobierno de Siria dejó caer al agente sarín que mató a decenas de civiles en Idlib a principios de mes eran comparables con la ahora desacreditada acusación de que Saddam Hussein había almacenado armas de destrucción masiva en Irak.
“Me recuerda a los acontecimientos de 2003 cuando enviados de Estados Unidos al consejo de seguridad estaban demostrando lo que dijeron eran armas químicas encontradas en Irak”, dijo el presidente a los periodistas el martes. “Ya lo hemos visto todo.”
Putin dijo que Rusia tenía información de que Estados Unidos planeaba lanzar nuevos ataques con misiles contra Siria y que había planes para falsificar los ataques con armas químicas allí.
“Tenemos información de que se está preparando una provocación similar […] en otras partes de Siria, incluso en los suburbios del sur de Damasco, donde están planeando volver a plantar alguna sustancia y acusar a las autoridades sirias de usar armas químicas”, dijo, sin ofrecer cualquier prueba para la afirmación.
Rusia pedirá a la ONU que lleve a cabo una investigación sobre el ataque y acusó a países occidentales no identificados de apoyar los ataques aéreos de Estados Unidos en un intento de obtener el favor de Donald Trump.
Antes de salir de Italia para Moscú, Tillerson había dicho que el gobierno de Assad estaba “llegando a su fin”.
Su viaje a Rusia fue declarado una vez como parte de un reajuste en las relaciones entre las dos potencias nucleares, pero ahora es completamente eclipsado por sus diferencias cada vez mayores sobre la guerra civil siria.
Con información de The Guardian
