Rebaja la OCDE expectativas sobre la economía mexicana; en 2016 crecerá sólo 2.2%

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Tras la caída de los ingresos petroleros y el efecto de los ajustes en el gasto público, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) rebajó hoy las expectativas sobre la economía mexicana en 2.2% para este año y 2.3% para el siguiente, siete décimas menos.
En su informe semestral de perspectivas, el organismo indicó que para 2018 la progresión del Producto Interno Bruto será de 2.4%, y reconoció que si bien México se beneficiará de una demanda más fuerte de Estados Unidos, también se verá afectado por los posibles reveses que vengan de su presidente electo, Donald Trump, luego de diversos anuncios que hizo durante su campaña.
De acuerdo con un despacho informativo de la agencia EFE, los autores del informe insistieron en la “resistencia” que ha mostrado la economía mexicana pese a los “severos choques externos”, entre los que destaca el hundimiento de los precios del petróleo –que ha disminuido los ingresos públicos–, el descenso de la inversión en el sector energético y la devaluación del peso ante la previsible subida de tipos de la Reserva Federal de Estados Unidos.
El principal vector del crecimiento es y seguirá siendo la demanda interna, y eso lo ponen a cuenta del resultado de “las recientes reformas estructurales” que han abaratado los precios, en particular de la electricidad y las telecomunicaciones.
Otros elementos positivos para esa demanda interna son la expansión del crédito, la revalorización de los salarios reales, la mejora del empleo (la tasa de paro cae hasta el 3.9 % este año, antes de repuntar al 4.1% en 2017 y 2018) y las remesas que llegan del exterior.
En la práctica, el consumo subirá 2.8% este año y 2.4% el próximo y en 2018, mientras que el sector exterior tendrá una aportación limitada y discontinua, en un contexto de aceleración moderada de las importaciones y las exportaciones.
En conjunto, el sector exterior restará tres décimas de PIB en 2016, y sumará una décima en 2017 y dos en 2018.
La OCDE respaldó las reformas que ha llevado a cabo el gobierno mexicano, pero pidió otras nuevas, por ejemplo para motivar a que la gente entre en el mercado laboral formal o para que haya una atribución de recursos más eficientes que no se vea obstaculizada por regulaciones de carácter local.
Otros problemas que a su juicio necesitan ser corregidos son la “debilidad” de las instituciones legales, las altas tasas de corrupción y la “insuficiente” inclusión financiera de una parte de la población.
De igual manera, insistió en que las reformas también tienen que marcarse el objetivo de erradicar la pobreza extrema, reducir las desigualdades de ingresos y la informalidad, elevar la participación laboral de las mujeres y favorecer unas prácticas de mayor responsabilidad por parte de las empresas.
Finalmente, la OCDE felicitó a las autoridades mexicanas porque están en camino de cumplir los objetivos de reducción del déficit público (que disminuyó en 1.1 puntos del PIB entre 2015 y 2016, pese al bajón de los ingresos del petróleo, gracias a otras subidas de impuestos).