El retorno de la tuberculosis

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La tuberculosis, la temible “enfermedad de la pobreza”, sigue siendo un problema de salud pública en México. Hoy se ensaña contra los miles de migrantes e indigentes que viven en la zona fronteriza de Baja California –principalmente en Tijuana–, al grado de que esta entidad ya se convirtió en el mayor foco de infección, pues ahí vive uno de cada 10 tuberculosos en el país.

Pese a ser curable y de tratamiento gratuito, las autoridades sanitarias están preocupadas por el embate de la epidemia. El doctor Guillermo Trejo Dozal, secretario de Salud de Baja California, se lamenta:

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“Aquí en el estado tenemos el deshonroso primer lugar en tuberculosis, pues de los alrededor de 22 mil nuevos casos registrados a escala nacional, más de 2 mil se detectaron aquí… Sí, tenemos 10% de estos enfermos.”

–¿A qué atribuye esta alta incidencia en la zona? –se le pregunta.
–Principalmente a la migración. Aquí llegan migrantes de todo México y de Centroamérica. Y ahora se suman los haitianos y los africanos. Otros factores son la drogadicción y que la gente llega con su sistema inmunológico bajo, ya sea por diabetes o por ser VIH positivos.

–¿Se agravará el problema con las duras medidas migratorias del presidente estadunidense Donald Trump?
–Obviamente nos impactará esta nueva política migratoria. Por lo pronto, según los últimos reportes, a esta zona fronteriza ya han llegado alrededor de 3 mil 500 haitianos.
Trejo Dozal indica que si Baja California tiene la mayor incidencia nacional de tuberculosis, Tijuana la concentra, a su vez, en el estado y, por consiguiente, en el país: la media en México es de 16 casos por cada 100 mil habitantes, mientras que en Baja California se eleva a 57 y en Tijuana se dispara a 74.

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“Tijuana es nuestro principal dolor de cabeza, sobre todo su zona del ‘bordo’, famosísima por su hacinamiento de migrantes y sus problemas de drogadicción”, dice.

El tamaño del flagelo
Las estadísticas oficiales revelan que Tijuana es sólo un botón de muestra: a escala nacional la tuberculosis azota a las zonas marginadas, comunidades indígenas, población carcelaria y, ahora, a los diabéticos, por lo que la combinación diabetes-tuberculosis ya se considera una “coepidemia” o “comorbilidad” de consecuencias letales.

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Después de Baja California, las entidades del país con mayor “incidencia y mortalidad” por tuberculosis son Guerrero, Sinaloa, Sonora,

Tamaulipas, Tabasco, Veracruz y Chiapas, según las más recientes estadísticas, de 2014.
Ese año se detectaron 21 mil 881 casos de tuberculosis, la mayoría de los cuales (80.7%) corresponde a tuberculosis pulmonar; mientras que 1.6% es de tuberculosis meníngea, que afecta al cerebro; y 17.8% a “otras formas”.

Otro dato alarmante: 21.2% de los tuberculosos padece diabetes, que es la principal “enfermedad asociada”. Le siguen la desnutrición, el alcoholismo, el VIH/sida, la cirrosis, la insuficiencia cardiaca y otras más.

La doctora Ernestina Ramírez Casanova, con más de 30 años de dirigir la Clínica de Tuberculosis del Hospital General de México, comenta a Proceso: “La tuberculosis siempre ha sido considerada como la enfermedad de la pobreza. Es su determinante social. Y México no escapa a ese patrón”.

Entrevistada en su consultorio del Hospital General, la experimentada neumóloga indica que a esta población ahora se suma la de los diabéticos: “En México el problema de la obesidad y la mala alimentación disparó la diabetes. Un paciente diabético está descompensado, tiene bajas sus defensas, por lo que es muy propenso a enfermarse de tuberculosis. Por ello, cuando nuestros diabéticos tienen una tos que no pueden controlar, bajan de peso y padecen fluctuaciones en su azúcar, es muy probable que ya tengan tuberculosis. Entonces los invitamos a que inmediatamente se hagan un estudio de flema para comprobarlo.

“Ahí están las estadísticas; es muy revelador el hecho de que más de 21% de los tuberculosos sean diabéticos. La gente suele decir muy

despreocupada: ‘Me dio diabetes pero no estoy enfermo’. Y van con el médico hasta que ya tienen complicaciones, como pérdida de la vista, pie diabético o tuberculosis… Necesitamos educar a nuestros diabéticos.

“Hay dos formas de tuberculosis: la del infectado y la del enfermo. El infectado tiene tuberculosis pero su sistema inmunológico lo protege. Se calcula que tres cuartas partes de la población mundial están en esta situación. En cambio, se desarrolla la enfermedad cuando se tienen bajas las defensas.

“La tuberculosis se contagia generalmente a través de la flema. El bacilo entra por el pulmón y de ahí pasa a la sangre. De manera que todos los órganos irrigados pueden desarrollar tuberculosis. La más común es la pulmonar. Pero también pueden tenerla el corazón, el cerebro, los intestinos, el oído, la mama… y sí, los diabéticos tienen más riesgos de contraerla.”

Las cifras del miedo
En el Perfil epidemiológico de la tuberculosis en México –documento elaborado con base en las cifras aportadas por las instituciones del sector salud–, se señala que a escala nacional “la tasa de incidencia general de tuberculosis en todas sus formas fue de 16.8 casos por 100 mil habitantes”.

El estudio también aclara que, en la región de la frontera norte, el número de defunciones ha mantenido una “tendencia al alza desde el año 1990. La mayor letalidad de todos los tipos de tuberculosis se ubicó en tuberculosis del sistema nervioso (37.2%), en segundo lugar se registró en el binomio tuberculosis/VIH-sida (27.9%)”.

Después de reconocer que “la tuberculosis es una de las más mortales enfermedades reemergentes”, impulsada por “deficiencias inmunitarias”, el documento agrega:

“Es necesario no bajar la guardia y mejorar las estrategias y líneas de acción enfocadas a grupos vulnerables, que por sus determinantes sociales de salud, como nivel educativo, ocupación, género, edad, vivienda, accesibilidad a los servicios de salud y protección social y, además, el entorno socioeconómico, cultural y de agrupación, entre otros, se observó que han presentado frecuencias mayores, comparadas con la población general. Entre ellos se encuentran los grupos migrantes, la población indígena y las personas privadas de su libertad, además del sexo masculino, la población que habita en comunidades rurales y aquéllos que radican en la frontera norte.”

Pero en las comunidades indígenas de la frontera sur la tuberculosis igualmente está causando estragos, a decir del investigador Juan Carlos Nájera Ortiz, especialista en el tema. Él comenta a Proceso:

“La tuberculosis es una enfermedad reemergente porque estaba a punto de erradicarse y hoy ha resurgido. Esto pasó en algunos estados del centro del país. Pero en las comunidades indígenas de Chiapas no es así; ahí la tuberculosis siempre ha estado presente por la pobreza.”