Donald Trump sufrió una importante debacle legislativa el viernes, ya que los republicanos se vieron obligados a retirar su derogación de la Affordable Care Act del piso de la Cámara.
Después de semanas de negociaciones polémicas sobre la reforma sanitaria, los republicanos se vieron obligados a admitir la derrota, ya que no podían obtener suficiente apoyo de su propio lado para revocarla.
A principios de la tarde, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, había insistido en que la votación se celebraría a las 3.30pm. “¿El equipo ha dado todo de sí, hemos dejado todo en el campo? Absolutamente “, dijo a periodistas en su reunión informativa diaria. “Pero al final del día esto no es una dictadura y tenemos que esperar que los miembros voten en última instancia como lo harán según lo que piensen”.
Sin embargo, a medida que el plazo de 3.30pm pasó, surgieron los primeros informes de que Trump había pedido la retirada del voto. Minutos después republicanos de la Cámara, habían retirado la propuesta de la Cámara.
Muchos moderados en los distritos propensos a cambiar de partido se cuidaron de apoyar la legislación, que incluyó recortes importantes a Medicaid, y fue estimado por la Oficina de Presupuesto del Congreso que conduciría a 24 millones de estadounidenses a perder su seguro médico durante los próximos 10 años.
El ala conservadora también se opuso a la legislación, pues a su opinión ésta mantenía demasiado de la arquitectura de Obamacare. Aunque el liderazgo republicano les hizo una importante concesión el jueves al eliminar el mandato federal de que los planes de seguro de salud cubran los “beneficios esenciales de salud” como el cuidado de la maternidad y la atención de salud mental, esto no fue suficiente para ganarlos.
Como lo señaló el republicano Mark Amodei, el caucus del Partido Republicano “no pasó mucho hablando de una visión unificada republicana de lo que deberíamos hacer con la asistencia sanitaria en la Cámara”. Paul Gosar, miembro del duro Caucus de la Libertad, que fue fundamental en este revés, señaló con un dedo al personal de la Casa Blanca.
El resultado es un golpe político importante para Paul Ryan, un especialista en política de salud que lideró el esfuerzo de revocar la reforma sanitaria. También deja Trump en una posición vulnerable. El presidente hizo campaña con una plataforma que prometía derogar el “desastre” de Obamacare y reemplazarlo con “algo estupendo”. Sin embargo, Trump no logró ese objetivo en su primer gran intento de negociar en Capitol Hill.
El viernes comenzó con los líderes republicanos allanando el camino para una votación por la tarde, pero al mediodía quedó claro que más de 30 republicanos no se inmiscuiría, así que Ryan tuvo que ir a la Casa Blanca para informar a Trump que no tenía suficientes votos para aprobar la ley.
Sin embargo, la Casa Blanca siguió insistiendo en que la votación se llevaría a cabo a las 3.30 pm mientras trataba de presionar a los republicanos de la Cámara para que siguieran adelante, incluso cuando faltaban los 216 votos necesarios para una mayoría.
