“Rogue One”, la nueva “Star Wars”, desembarca en Europa

La Fuerza está de regreso: desde Francia hasta Suecia, pasando por Holanda, centenares de miles de fans de “Star Wars” verán en la gran pantalla el miércoles “Rogue One”, un episodio derivado de la mítica saga espacial, en un lanzamiento cuidadosamente orquestado por la factoría Disney.

Los incondicionales sólo han esperado esta vez apenas un año tras “El despertar de la Fuerza”, precedente episodio de la epopeya que creó el gran acontecimiento del año una década después de la última trilogía.

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Proyectada en pre-estreno el sábado en Los Angeles, “Rogue One: a Star Wars story”, realizada por el británico Gareth Edwards (“Godzilla”), se lanza este miércoles en varios países europeos (Francia, Bélgica, Holanda, Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca…), antes de Reino Unido y Alemania, en particular, el jueves, y el propio Estados Unidos, el viernes.

Este primer episodio derivado de la saga (“spin off”) -en el cual están ausentes los personajes legendarios de la epopeya, Luke Skywalker, Han Solo y la Princesa Leia- versa sobre la misión de un comando de la Alianza Rebelde para recuperar los planos de la Estrella Negra, el arma de destrucción del Imperio.

La intriga se ubica justo antes del episodio lanzado en 1977 bajo el título “Una nueva esperanza”.
Como en “El despertar de la Fuerza”, los proyectores se centran en una heroína, en la ocasión Jyn Erso, una joven e insumisa mujer interpretada por la británica Felicity Jones (“La teoría del tiempo”).

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En el nuevo filme encarna a la hija de Galen Erso (Mads Mikkelsen), un científico enrolado a la fuerza por el Imperio para concebir la Estrella Negra.

Acompañada por un oficial de inteligencia de la Alianza Rebelde, Cassian Andor (Diego Luna) y por el piloto Bodhi Rook (Riz Ahmed), Jyn parte a la búsqueda de los planos de la Estrella Negra.

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– Más realismo –

Fiel al universo de “Star Wars”, “Rogue One” cuenta con todos los ingredientes que forjaron el éxito planetario de la saga: carreras y persecuciones de naves espaciales,famosos “stormtroopers” con armaduras blancas, criaturas monstruosas y tragedias familiares, y como plus la presencia, confirmada en trailers de anuncio, del célebre Dark Vador.

Como es habitual en la saga, la película cuenta con una dosis de humor, con el robot K-2SO, un droide de las fuerzas imperiales reprogramado por los rebeldes, con fuerte personalidad y un talante infantil.

Rodada en Gran Bretaña, Islandia, Jordania e islas Maldivas, “Rogue One” dedica particular atención a los efectos especiales. Pero la película tiene aires más realistas que las precedentes, en particular en las escenas de combate, lo que la acerca por momentos a los filmes de guerra.

Edwards, que forma parte de una generación de cineastas por la que apuesta Disney, y que trabajó en “Rogue One” junto al director de fotografía de “Zero Dark Thirty” (filme sobre la captura de Bin Laden), ha comentado que se inspiró en fotos de guerra para brindar más realismo a los enfrentamientos.

Como en “El despertar de la Fuerza”, el lanzamiento de “Rogue One” estuvo acompañado de una campaña de márketing sabiamente diseñada por Disney, que compró en 2012 los derechos de la saga de George Lucas por 4.000 millones de dólares.

Si bien la espera fue mucho menor que para el episodio anterior, el gigante del ocio buscó nuevamente poner muy expectantes a los fans, destilando con cuentagotas los trailers y ahora el secreto sobre el guión y los personajes, e incluso los actores no estaban autorizados a hacer el menor comentario sobre lo filmado.

Como en el año anterior, los periodistas invitados a las proyecciones de pre-estreno fueron sometidos a varias restricciones, como la de no poder revelar ciertos aspectos de la trama.

Disney prevé lanzar un “Star Wars” por año. Otro “spin-off”, sobre la juventud de Han Solo, es esperado para 2018.

El método Disney funciona por ahora: “El despertar de la Fuerza”, cuya continuación está prometida para el año próximo, ha recaudado los mayores montos de taquilla en 2015, terceros en la historia del cine, con 2.100 millones de dólares en todo el mundo.