Senado lucha por responder al despido de James Comey

En el Senado los demócratas hicieron comparaciones con Watergate, mientras que algunos republicanos expresaron su preocupación y otros estaban confiados que el despido no afectaría las investigaciones actuales

Los demócratas en el Senado buscaron nuevas maneras de condenar a un presidente que viola las normas constitucionales un día tras otro, y los republicanos trataron de expresar adecuadamente su preocupación sin criticar a Donald Trump, mientras el Congreso luchaba por responder al despido sorpresa del director del FBI James Comey.

Para los demócratas, había paralelismos con Watergate. Bob Casey, un moderado de Pennsylvania que se enfrenta a la reelección en 2018, llamó a las acciones de Trump “nixonianas” el martes por la noche, mientras que Richard Blumenthal de Connecticut comparó explícitamente las acciones de Trump al 37º presidente.

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“La situación tiene mucho que ver con la destitución de procuradores generales de Nixon en la Masacre del sábado por la noche”, dijo, refiriéndose a las dimisiones del fiscal general Elliot L .Richardson y del procurador general William D. Ruckelshaus en 1973 después de que rechazaron la petición de Richard Nixon para despedir a Archibald Cox, el fiscal especial encargado de la investigación de Watergate.

Blumenthal dijo que sus colegas republicanos estaban “pensando seriamente en la crisis constitucional que enfrentamos ahora y están profundamente preocupados por la potencial confrontación no muy diferente de Estados Unidos v Nixon”, el caso de la corte suprema que obligó a Nixon a entregar las grabaciones de la oficina oval a los investigadores federales.

 

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Un fiscal especial para la conexión rusa

Los demócratas piensan que el despido de Comey dará nueva vida a su empuje para un fiscal especial para investigar la interferencia rusa en las elecciones de 2016. El senador Ben Cardin de Maryland llamó a la decisión del presidente de despedir a Comey un “cambio de juego” en ese esfuerzo.

“Antes de ayer había unos pocos republicanos que pensaban que era una buena idea”, dijo Cardin. Sin embargo, el demócrata pensó que el clamor público los obligaría a ceder. “Espero que vaya a haber una reacción pública exigiendo que tengamos esa investigación independiente”.

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Mientras que un republicano del Senado, Shelley Moore Capito, de Virginia Occidental, indicó cierto interés en que un fiscal especial fuera nombrado – “No estoy diciendo que sí, pero no estoy diciendo que no”, dijo a los periodistas – otros seguían firmemente en contra.

Con información de The Guardian