Siendo específico sobre el mareo

El mareo no es una enfermedad sino más bien un síntoma que puede resultar de una enorme variedad de desórdenes subyacentes o, en algunos casos, de ningún desorden. Determinar fácilmente su causa y la mejor forma de tratarlo (o dejar que se solucione solo) puede depender de qué tan bien los pacientes puedan describir exactamente cómo se sienten durante un episodio de mareo y las circunstancias bajo las que normalmente ocurre.

Por ejemplo, recientemente experimenté un ataque de mareo más bien aterrador, acompañado de náusea, durante un evento de degustación de comida y bebidas donde comí mucho más de lo normal. Sintiendo repentinamente que podía desmayarme en cualquier momento, me acosté en una terraza de concreto durante aproximadamente 10 minutos hasta que pasaron estas sensaciones desconcertantes, y posteriormente me sentí completamente normal.

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Al otro día busqué en Internet mi síntoma (mareo después de comer) y descubrí que la condición tenía un nombre; hipotensión postprandial, una caída repentina en la presión sanguínea cuando se desvía demasiada sangre al tracto digestivo, dejando al cerebro relativamente privado. La condición afecta con mayor frecuencia a los adultos que pudieran tener algún desorden relacionado, como la diabetes, hipertensión o enfermedad de Parkinson, que impida la capacidad del cuerpo para mantener una presión sanguínea normal. Afortunadamente, hasta el momento estoy libre de cualquier desorden relacionado con este síntoma, pero ahora me cuido de comer de más para que no me vuelva a pasar.

“Un problema esencial es que casi todas las enfermedades causan mareo”, dicen dos expertos médicos que escribieron “Dizziness: Why You Feel Dizzy and What Will Help You Feel Better”, un exhaustivo libro nuevo. Aunque la vasta mayoría de los pacientes vistos en clínicas de mareo no tiene un problema grave de salud, los autores (Gregory T. Whitman y Robert W. Baloh) enfatizan que los doctores siempre deben “estar alerta a enfermedades serias que se presentan como ‘mareo’”, como “embolia, ataques isquémicos transitorios, esclerosis múltiple y tumores cerebrales”.

El Dr. Kevin A. Kerber, un especialista en neurotología del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, me dijo que el mareo es uno de los síntomas más comunes que ven los doctores de primeros auxilios y del departamento de emergencias, tan común como el dolor de espalda y el dolor de cabeza. Mencionó un sondeo de salud representativo a nivel nacional conducido en 2008 por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, donde 10 por ciento de los adultos dijo haberse sentido mareado durante el último año y haber sido referido a (o haber visto) un especialista debido a este síntoma.

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Típicamente, los que informaron mareos en el sondeo indicaron haber experimentado tres de los siguientes tipos: una sensación de que todo da vueltas o vértigo, incluyendo la sensación de que uno o las cosas se mecen; la sensación de estar flotando, de estar en el espacio o de estarse ladeando; sentirse mareado, sin sensación de movimiento; sentirse como estar por desmayarse o desvanecerse; visión borrosa al mover la cabeza, o sentirse sin equilibrio o tembloroso.

Como puede ver, informar un síntoma simplemente como mareo no da a un doctor mucho con qué empezar. Un problema importante, dice Kerber, es que el doctor que está haciendo la examinación tiene que decidir sobre el tipo de mareo y determinar si pudiera haber “una causa particularmente peligrosa”, como un ataque cardiaco o embolia, con base en descripciones de los pacientes “a menudo nada confiables”.

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La gente usa la palabra mareo cuando hace referencia a aturdimiento, inestabilidad, intolerancia al movimiento, desequilibrio, sensación de estar flotando o de ladearse. El vértigo, un subtipo de mareo, es una ilusión de movimiento causado por señales irregulares en el sistema vestibular del oído interno que da la sensación de equilibrio y orientación en el espacio. Se estima que en 2011 3.9 millones de personas visitaron los departamentos de emergencias con síntomas de mareo o vértigo.

“Los pacientes por lo general no son específicos al describir sus síntomas”, señala Kerber. “Deberían dedicar tiempo a pensar en sus síntomas antes de ver a un doctor”, considera. Los factores a considerar, indica, incluyen “momento en que se presenta (¿El mareo ocurre esporádicamente o es constante? ¿Qué parece provocarlo? ¿Ciertas posiciones o comidas particulares?), ¿Cuánto tiempo duran los síntomas? y ¿Qué pasa con el tiempo? (¿empeora, permanece igual o mejora?)”.

También note si la sensación empeora cuando camina, cuando se para o cuando mueve la cabeza. ¿Los episodios vienen acompañados de náusea y ocurren tan repentinamente y de forma tan severa que lo fuerzan a sentarse o acostarse?

Los familiares y amigos que prestan atención a las quejas de la persona afectada “pueden ayudar a contribuir a un diagnóstico rápido y correcto”, según los autores del nuevo libro. Whitman es un especialista en otoneurología de la Enfermería Ocular y del Oído de Massachusetts, y Baloh es director de la clínica de neurotología y laboratorio de pruebas del centro médico de la Universidad de California, en Los Ángeles.

Dos de las causas más comunes de mareo son provocadas por cambios de posición. Una se llama hipotensión ortostática (una reducción del flujo sanguíneo al cerebro que ocurre cuando una persona se para luego de estar sentado o acostado y que desaparece cuando la persona se acuesta).

La segunda, llamada vértigo posicional paroxístico benigno (BPPV, por su sigla en inglés) no es precisamente benigno para las personas a las que aflige, subraya Kerber. Es provocado por un cambio en la posición de la cabeza, por ejemplo, al estar acostado, al dar la vuelta en la cama o al inclinar la cabeza hacia atrás estando sentado o parado (llamado “vértigo del estante superior”), escribieron los autores de “Dizziness”. La persona pudiera sentir que el mundo se mueve o que está girando o que un objeto en la sala salta de arriba abajo rítmicamente.

El vértigo es una de las causas de mareo más incapacitantes. Surge cuando diminutas partículas de calcio del oído interno se desprenden del órgano de equilibrio y quedan atoradas en el canal semicircular, donde “hacen estragos”, explica Kerber. Cuando la cabeza se mueve, las partículas cambian y activan un nervio sensible cableado a los ojos, haciendo que éstos se muevan y causen mareo. Cuando las partículas se asientan, los ojos dejan de moverse y el mareo desaparece.

El vértigo posicional paroxístico benigno puede ser causado por un golpe en la cabeza o puede ser resultado del envejecimiento. “Aproximadamente 1 de cada 5 personas de más de 80 años desarrolla BPPV”, afirmaron los autores. También puede afectar a gente más joven, particularmente a aquéllos que ya tienen (o que van a desarrollar) migraña, precisaron.

El vértigo puede ser una condición incapacitante de semanas, meses o años. Las personas afectadas a menudo no pueden trabajar, manejar ni caminar sin caerse.

Sin embargo, el BPPV normalmente responde a un tratamiento como la maniobra de Epley; una secuencia de movimientos que reposiciona la cabeza y hace que las partículas errantes vuelvan a donde pertenecen. La maniobra a menudo es realizada por un profesional de la salud, pero los pacientes pueden aprender a hacerla ellos solos si recurre el vértigo.

Jane E. Brody
© 2017 New York Times News Service