Soberbia federal 2

El cuello de botella en la importación de carros usados a Tijuana, de donativos de ropa y alimentos a los albergues que en estos momentos viven una crisis por la llegada de nuevos y más refugiados, tiene nombre y apellido. Se trata del nuevo administrador de la aduana de Tiuana, Jorge Fernando Boy Espinoza.

Como otros funcionarios que han ocupado el mismo cargo, el funcionario federal llega con la intención de poner orden en lo que él como otros, considera que está desordenado.

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Llegan con la espada desenvainada y para quedar bien con sus jefes, aplican las leyes a rajatabla. Total, Tijuana no es su ciudad natal. Nada lo ata a cumplir su cargo con criterio y lo más que puede hacerse en estos casos, es tratar de impresionar al director general de la dependencia, Ricardo Treviño, y al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que ya demostró el odio que le tiene a las fronteras, al igual que su jefe, el “imperdonable” Enrique Peña Nieto.

Fernando Boy llega de Piedras Negras, Coahuila, y como otro funcionarios de su nivel, pesume un curriculum con amplia trayectoria y una preparación igualmente nutrida:

Ha estudiado en Agencia Española de Cooperación. Antigua, Guatemala
Certificate, Fiscal Fraud
2011 – 2011
Instituto de Estudios Fiscales-España (AEC)
Certificate, Customs International Techniques
2010 – 2010
SAT Universidad Virtual
Postgraduate, International Business/Trade/Commerce
2005 – 2005
UNAM
Diploma, Management and leadership
2004 – 2004
UNAM
Diploma, Federal Taxes
2003 – 2003
Japanese Customs Academy
Diploma, POST AUDIT TECHNIQUES
1998 – 1998
ITAM
ITAM
Diploma, Tributary Law
1994 – 1994
Universidad Tecnológica de México
Universidad Tecnológica de México
Bachelor’s degree, Law, 8.5
1989 – 1992

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Pero lo que también hermana a este funcionario con otros de su nivel, es que una somera búsqueda en motores de internet solo arroja resultado catastríficos. Poco hay rescatable de su paso por las distintas aduanas en las que se ha desempeñado, sea Piedras Negras o Reynosa.
Como nuevos atilas, los funcionarios federales, principalmente de la Dirección General de Aduanas, dañan la tierra que pisan.