Trabajo, es lo que varios migrantes haitianos solo buscan

En el Desayunador del Padre Chava, se acerca María (Archivo Oral de Migración de El Colef) a Ana (seudónimo) con el propósito de entablar conversación. Ana se fija en Rosa (Archivo Oral de Migración de El Colef), se le queda mirando y sonriendo le dice: “tenemos el mismo color de piel”. Así es, contestó Rosa. Ana al ver a alguien con sus mismos rasgos le da confianza. “¿De dónde eres?” me preguntó, -soy Cubana, contesta Rosa. Ana sonríe y nos lleva hacia una esquina donde se encuentran otras 5 mujeres que han llegado a este Refugio- Campamento. Las nacionalidades, República del Congo y Haití, pero solo Ana habla español.

Ana, es una joven mujer de carácter alegre y vivaracho, tiene 28 años y es oriunda del municipio de Cap Haitien en Haití. Cursó hasta segundo grado de secundaria y luego comenzó a trabajar. Por la situación económica de su país salió a República Dominicana y de ahí viajó en avión a Ecuador y posteriormente a Brasil siempre para buscar un futuro mejor.

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Su vida en Brasil no era perfecta pero dice que estaba bien: “en Brasil nos dieron la oportunidad de ir para allá”. Trabajaba en labores de limpieza, que desempeñó durante los dos años que vivió en ese país, hasta que salió por la dificultad de encontrar un mejor trabajo, poder comer mejor y ayudar a su familia en Haití. Su objetivo final es llegar a Orlando ciudad de Florida, en Estados Unidos, ya que ahí se encuentran su tío y un primo.