La retórica de Trump amenaza la paz en la península de Corea

A pesar de los arduos esfuerzos de Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, para utilizar la apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de esta semana para construir puentes con Corea del Norte y reunificar la península, Donald Trump sigue en un peligroso curso de colisión con lo que él llama el “régimen depravado” de Kim Jong-un”.

La aceptación de última hora de Kim de la invitación de Moon para enviar una delegación norcoreana a los Juegos, que comenzó el viernes en Pyeongchang, generó esperanzas de que las tensiones con Estados Unidos y sus aliados sobre la acumulación de armas nucleares y las pruebas de misiles de Corea del Norte desactivado, disminuyeran al menos en parte. Corea del Norte acordó enviar a casi dos docenas de atletas, porristas y una orquesta en una delegación de más de 200 personas.

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Las dos Coreas también presentarán un equipo conjunto de hockey sobre hielo femenino en los Juegos y marcharán bajo una bandera de “unificación” de la península en el desfile inaugural. Moon, un liberal de izquierda, fue elegido el año pasado con el compromiso de buscar el compromiso con el Norte, pero se ha enfrentado a la oposición de Trump. El presidente de Estados Unidos ha caracterizado los esfuerzos de conciliación como un apaciguamiento, exigió a Corea del Sur pagar más por su defensa y amenazó con una acción militar ilimitada “para destruir totalmente” a Corea del Norte. El ejercicio de Moon en la diplomacia deportiva – él lo llama un “trampolín” para la paz – también tiene críticas entre sus oponentes de derecha en casa.

Algunos fanáticos del hockey sobre hielo se quejan, mientras tanto, de que su equipo se verá debilitado por la inclusión de jugadores inexpertos del Norte. El equipo integrado perdió su primer partido, un amistoso contra Suecia el domingo, 3-1. Si bien el apoyo a la reunificación ha disminuido entre los surcoreanos en los últimos años, la mayoría acogerán cualquier reducción de las tensiones con Pyongyang y señalarán que, después de meses de política nuclear arriesgada, el Norte no ha lanzado ningún misil desde noviembre. Y Moon puede señalar otro gran avance: la reanudación de un diálogo intercoreano después de un descanso de más de dos años.

Con información de The Guardian