Las diferencias personales, políticas, intelectuales y espirituales entre Donald Trump y el Papa Francisco son enormes.
Un hombre se despierta antes del amanecer cada día durante horas de oración y meditación, evita la televisión y las vacaciones, y ha condenado las tentaciones moralmente corruptas de la riqueza, la vanidad y el orgullo.
El otro comienza cada mañana festejando en los programas de televisión por cable de la mañana, ha jugado al golf más de 21 veces y ha visitado su lujoso complejo de Florida siete veces desde que se convirtió en el presidente de Estados Unidos y se deleita en eviscerar públicamente a sus enemigos.
Pero el miércoles por la mañana esas diferencias probablemente serán barridas para la primera visita oficial de Trump al Vaticano para reunirse con el pontífice argentino, una reunión que probablemente incluirá un intercambio de regalos simbólicos, una charla privada donde sólo un traductor estará presente y una presentación de los escritos del Papa sobre el medio ambiente al presidente de Estados Unidos.
La pareja tuvo un comienzo rocoso en su relación. Francisco es un diplomático de corazón, pero cuando le preguntaron sobre un plan del entonces candidato Trump para construir un muro entre los Estados Unidos y México, Francisco dijo que una persona que “sólo piensa en construir muros … no es cristiana”. A su vez, Trump calificó la observación de “vergonzoso” y dijo que ningún hombre tenía el derecho de cuestionar la fe de otro hombre.
Ahora, más de un año después, los dos siguen divididos en temas que van desde el calentamiento global hasta la necesidad de aceptar e integrar a los inmigrantes, pero en el pasado, Francisco ha demostrado su capacidad para ignorar los enfrentamientos fundamentales en valores con otros líderes mundiales, su reciente reunión con Abdel Fatah al-Sisi de Egipto.
En el caso de Trump, una persona cercana al Vaticano dijo que Francisco probablemente se concentraría en la necesidad de establecer la paz en Siria y en todo Oriente Medio.
El biógrafo papal Austen Ivereigh dijo que la próxima reunión reflejaría el papel de Francisco como un Papa pastoral y que él buscaría “abrir una puerta que Trump por la que pueda caminar en cualquier momento”.
Con información de The Guardian
