Una estrella del tenis serbia en ascenso se establece en Florida

BRADENTON, Florida ⎯ Miomir Kecmanovic llegó por primera vez a Estados Unidos procedente de Serbia con su tía a fines de agosto de 2013. Misha, como se le conoce, tenía solo 13 años, y todo, al parecer, era diferente.

El aire de Florida era más denso y caliente y dificultaba respirar. El idioma y la comida eran inusuales, y no tenían un auto, así que desplazarse por el centro de Florida era un desafío.

- Publicidad-

“Íbamos a todas partes a pie”, dijo Tanja Pavlov, la tía de Kecmanovic, “y eso no es fácil en Estados Unidos”.

Lo único que no era diferente era el tenis, la razón por la cual Kecmanovic había dejado al resto de su familia en Serbia. Había sido invitado a asistir a la prestigiosa IMG Academy para pulir sus habilidades y avanzar en su objetivo de convertirse en un profesional de élite.

Pasó apuros al principio contra jugadores cuatro o cinco años mayores, pero después de tres años y medio, Kecmanovic, ahora de 17 años, terminó su carrera juvenil clasificado en el Número 1.

- Publicidad -

Tiene una licencia de conducir de Florida, ama la comida estadounidense y ha establecido un nuevo rumbo para participar en el tour varonil de adultos, donde algunos prevén su ascenso a la prominencia.

“Es un joven excepcional”, dijo José Lambert, un veterano entrenador en la IMG Academy, donde Kecmanovic, bajo la supervisión de su tía, pasó la mayor parte de su adolescencia. “Muy brillante, muy motivado, y tiene mucha habilidad. Pienso que tiene un potencial increíble”.

- Publicidad -

Aunque Kecmanovic es de Belgrado, como el segundo mejor clasificado Novak Djokovic, el recorrido de Kecmanovic por el tenis es diferente al de Djokovic y su generación de estrellas serbias. Algunos de esos jugadores practicaban en una piscina vacía durante las guerras de los Balcanes de los años 90.

Kecmanovic, quien nació poco después de que terminó la guerra de Serbia con Kosovo en 1999, ya había desarrollado un amor por el tenis mucho antes de que Djokovic ganara alguno de sus títulos principales. Admira y en ocasiones entrena con Djokovic, pero su principal héroe en el tenis era el maestro suizo Roger Federer.

En su niñez, Kecmanovic rápidamente se reveló como una promesa, ganando un torneo para menores de 10 años en Belgrado cuando tenía siete. Después de que ganó la Copa del Kremlin en Moscú en 2013, la IMG Academy, anteriormente conocida como la Nick Bollettieri Tennis Academy, lo invitó.

“No fue una decisión fácil para mis padres porque yo tenía 13 años en ese entonces”, dijo Kecmanovic, hijo único, durante una entrevista reciente en la IMG Academy. “Pero pienso que tomaron la decisión correcta”.

Los Kecmanovic no son una familia común, y el esfuerzo combinado de sus padres, abuelos y su tía ayudó a que Misha se desarrollara como uno de los principales prospectos del tenis en el mundo.

Sus padres son cirujanos pélvicos en Belgrado. Sus dos abuelas son economistas. Su abuelo paterno era un doctor bien conocido y profesor de la escuela de medicina.

El abuelo materno de Kecmanovic, Jovan Pavlov, lo introdujo en el tenis, al inscribir al revoltoso niño de seis años en una escuela de tenis en el centro turístico montañés de esquí de Zlatibor cerca de la frontera con Bosnia, aunque solo fuera para canalizar su incontenible energía.

Jovan Pavlov era general en el ejército yugoslavo al inicio de las guerras de los Balcanes y llegó a ser conocido por hablar contra el conflicto, dijo Tanja Pavlov. Se retiró poco después de que empezaron las hostilidades en 1991, pero sus hijas ⎯ Tanja y Maja, la madre de Misha ⎯ se vieron forzadas a mudarse a Serbia, desde Croacia, donde vivían en ese tiempo.

“Por él, nos convertimos en ‘enemigas’ y tuvimos que mudarnos a Serbia”, explicó Pavlov en un correo electrónico. “Mi padre apeló a la paz en la televisión”.

Como el resto de la familia de Kecmanovic está en Serbia, Pavlov ha ofrecido un apoyo vital durante la transición de Kecmanovic a Estados Unidos. En 2013, cuando la familia discutió por primera vez la oferta de IMG, una de las academias deportivas más famosas del mundo, ella se ofreció de voluntaria para ir con Kecmanovic como su guardián. De otro modo, sus padres no habrían permitido que su hijo fuera solo.

“Fue muy difícil, pero ese era su destino, no el mío”, dijo el padre de Kecmanovic, Dragutin, en una entrevista telefónica desde su casa en Belgrado. “Lo extrañamos muchísimo. Uno entra en su recámara y llora un poco y luego sale y todo está bien”.

Pavlov tiene un doctorado en sicología, y su investigación sobre los emprendedores que viven y trabajan en dos países ayudó a prepararla para la aventura con su sobrino. Como no estaba casada y tenía un empleo que le permitía trabajar desde casa, era la candidata obvia para acompañar a Kecmanovic a Florida. Pero todos en la familia tuvieron un papel.

La madre de Kecmanovic fue su primera entrenadora, enfocándose en su disciplina mental. Su padre ayudaba a decidir en qué torneos jugaría y conducía durante gran parte de los viajes. Una abuela era la encargada de su educación y cocinaba para él, y un abuelo lo llevaba a los torneos cuando sus padres estaban demasiado ocupados para asistir.

Pero recayó en Pavlov manejar virtualmente todas esas tareas una vez que se mudaron a Florida, mientras continuaba también su trabajo en línea para Grupo 484, una organización que ofrece apoyo a los migrantes en Serbia y Macedonia. Al principio, casi no sabía cocinar, tenía dificultad con el inglés y no tenía un auto.

Primero adquirieron bicicletas y posteriormente conducían el auto de un amigo. Después de unos meses, con considerable ayuda del personal de IMG, dijo Pavlov, ella y Kecmanovic se establecieron. Ella se convirtió en la manager, chofer, directora de entretenimiento y cocinera de su sobrino. Los miembros del personal de IMG le ayudaron a diseñar una dieta para Kecmanovic sin lácteos, gluten o azúcar.

Al principio, el tenis fue un desafío. Debido a su talento precoz, Kecmanovic fue puesto en grupos con jugadores mayores destinados a la universidad, y posteriormente con profesionales como Kei Nishikori y Max Mirnyi. Por un tiempo, Kecmanovic se preguntó qué estaba haciendo ahí.

“Estaba muy nervioso, y no podía siquiera devolver una pelota”, dijo. “Max fue el primer gran profesional con quien jugué cuando llegue aquí. Es un especialista en dobles. Yo no soy tan confiado en la red, y la pelota me pegó muchas veces, y eso sí duele. Pero fue una buena experiencia de aprendizaje”.

Gradualmente, Kecmanovic empezó a defenderse. El año pasado se convirtió en el tercer jugador en ganar el prestigioso torneo Orange Bowl para varones menores de 18 años durante dos años consecutivos; Harold Solomon lo hizo en 1969-70 y Billy Martin en 1973-74. Anteriores ganadores del Orange Bowl incluyen a Federer, Andy Roddick, John McEnroe, Bjorn Borg, Ivan Lendl y Jim Courier.

Kecmanovic también se convirtió en el primer jugador desde Dominic Thiem en 2011 en ganar los torneos Eddie Herr y Orange Bowl. Thiem, un austriaco de 23 años, está clasificado ahora en el octavo sitio en el mundo.

“Está listo para jugar con los chicos grandes”, dijo Mirnyi en una entrevista en el Abierto de Australia en enero. “No quiero entrar en números y clasificaciones, pero ciertamente es capaz”.

Pero el siguiente paso sigue siendo un desafío. Kecmanovic quizá haya terminado su carrera juvenil en el máximo sitio, pero es solo el Número 659 en el ATP Tour.

“Pienso que están muy por delante de mí”, dijo Kecmanovic. “Si trabajo en ello, entonces quizá pueda llegar ahí algún día”.

Para mejorar su clasificación, Kecmanovic está jugando en una serie de torneos de Futures, un circuito de menor nivel. Ganó el primer torneo en el que entró este año, en Sunrise, Florida, derrotando a cuatro jugadores que tienen 21 años o más. Su tía sigue a su lado, aún estudiando la migración a través del tenis.

“Soy demasiado mayor para la americanización”, dijo. “Pero para Misha es como si hubiera nacido aquí”.

David Waldstein
© 2017 New York Times News Service