Una posición solitaria: Templo hindú en Queens se une a movimiento de santuarios

NUEVA YORK ⎯ Cuando el Shaanti Bhavan Mandir en el distrito neoyorquino de Queens se convirtió en el primer templo hindú en Estados Unidos en declararse públicamente una congregación santuario, parte de una red de casas de oración que apoyará y dará refugio a los inmigrantes que estén en Estados Unidos ilegalmente, sus líderes esperaban que otros templos hindús locales también se unieran.

Pero encabezar ese esfuerzo está resultado más difícil de lo que esperaban. A fines de abril, ningún otro templo se presentó en una reunión destinada a alentar a otros a convertirse en congregaciones santuario. Incluso dentro de su propio templo, solo unos cuantos inmigrantes no autorizados han aparecido para empezar a hablar sobre su estatus, aunque son más los que oran ahí, dijeron sus miembros.

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“Estoy seguro de que es por temor”, dijo Davanie Singhroy, quien está ayudando a dirigir los esfuerzos del templo. “Nadie quiere presentarse por temor a hacerse más visibles”.

La lucha en Shaanti Bhavan Mandir refleja el problema más grande que el Movimiento Nacional de Santuarios, una coalición de unas 800 casas de oración, ha estado teniendo para atraer la participación de congregaciones de migrantes de todas las religiones, dijeron sus organizadores.

Las congregaciones santuario prometen proteger y defender a los migrantes que enfrenten la deportación ofreciéndoles apoyo legal, emocional y práctico y, como último recurso, albergándolos en sus sótanos y rectorías. Sin embargo, cari todas las congregaciones públicamente declaradas son cristianas y judías.

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“La realidad es que entre las mezquitas y templos, y la congregaciones encabezadas por inmigrantes en general, a menudo hay más vacilación, debido a la preocupación de que pudieran convertirse en blanco ellos mismos, ya sea para el ICE o grupos que predican el odio”, dijo el reverendo Noel Andersen, el organizador comunitario nacional del Servicio Mundial Eclesiástico y organizador del movimiento, refiriéndose por su sigla en inglés a la agencia de Inmigración y Aduanas.

En el área de Nueva York, unas 25 casas de oración están participando en la rama local del movimiento, conocido como la Coalición de Nuevos Santuarios, con unas 100 mas en proceso de unirse, dijo la reverenda Donna Schaper, fundadora y ministra de la Iglesia Memorial Judson en Manhattan.

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No hay mezquitas entre ellas, aunque pudieran estar ayudando a sus miembros discretamente, dijo Schaper. Shaanti Bhavan Mnadir es el único templo hindú involucrado, afirmó. Sin embargo, pese a los riesgos, el pequeño templo ha sido inesperadamente público, a diferencia de la mayoría de las otras congregaciones santuario locales, que han adoptado un perfil más bajo. (El Seminario Teológico Unión, un bastión de erudición cristiana de 181 años de antigüedad en el barrio de Morningside Heights de Manhattan, también ha hecho un anuncio público.)

Schaper llamó a la postura del templo “muy valiente”.

Para las mezquitas, el desafío de unirse al movimiento ha sido particularmente intenso, dada la persistencia de la sospecha en torno al islamismo en todo el país y la identificación de los musulmanes como blancos para acciones judiciales y órdenes de inmigración.

En Nueva York, el director ejecutivo del Majlis Ash Shura, una organización sombrilla de mezquitas y organizaciones musulmanas, dijo que las mezquitas locales encabezadas por afroamericanos e inmigrantes estaban siendo correctamente cautelosas de unirse al movimiento.

“Los otros imanes sienten que si dan refugio a un criminal, la ley pudiera considerar que están ocultando a un terrorista”, dijo el jeque Ahmed Mbacke, el director ejecutivo. “Son muy vulnerables y uno de los mayores blancos de las agencias del orden. No es fácil para nadie atraer esa atención hacia sí mismos”.

En febrero, nueve líderes espirituales musulmanes progresistas de todo el país firmaron una promesa en internet de unirse al movimiento santuario, y convocaron a otros musulmanes a hacerlo. Pero se tomó la decisión de no hacer pública la lista.

“Hay muchas mezquitas que trabajan con comunidades de inmigrantes locales y tipos indocumentados”, dijo uno de los firmantes públicos, el imán Omar Suleiman, el fundador del Instituto Yaqeen de Investigación Islámica cerca de Dallas, Texas. “Pero por cuestiones de seguridad, las mezquitas están siendo cautelosas sobre una declaración pública por buenas razones”.

La primera mezquita en Estados Unidos en declararse públicamente como santuario, la Mezquita Clifton en Cincinnati, Ohio, se retractó poco después y ahora se hace llamar mezquita en “solidaridad” y promete trabajar con el movimiento.

“En un plazo de 48 horas, recibí unas 75 amenazas de muerte, vía mensajes de texto y en Facebook”, dijo el imán Ismaeel Chartier, líder espiritual de la mezquita. La declaración en enero, y el temor que le acompañó, causaron un conflicto interno y pronto llevó a la elección de un consejo integrado por miembros de más edad y más conservadores.

El Shaanti Bhavan Mandir es un templo sorprendentemente humilde para adoptar un papel tan público en el movimiento. La pequeña congregación está en la avenida Jamaica en el barrio de Richmond Hill, bajo las vías elevadas del tren J. Su pequeño estandarte está colgado sobre el letrero de lo que era la oficina de un agente de bienes raíces cuyo espacio renta el templo. Fue fundado hace cinco años por Pandit Manoj Jadubans, de 44 años de edad y nativo de Guyana, quien, con un grupo de simpatizantes, quería ampliar lo que pudiera ser la práctica hindú moderna.

Uno de cientos de pequeños templos indocaribeños en ese rincón de Queens, ha buscado distinguirse enfocándose en la generación más joven, actos de servicio y el medio ambiente. El lema de su grupo juvenil es “las manos que sirven son más santas que los labios que oran”. Entre otras acciones, participa en limpiezas de la playa regulares a través de Sadhana, una coalición de hindús progresistas que también desempeño un papel clave en alentar al templo a convertirse en santuario.

“Somos una comunidad en gran medida conformada por inmigrantes e inmigrantes indocumentados, y nos preocupa que este paso pudiera atraer la atención hacia nuestros congregantes que son indocumentados”, dijo Singhroy, de 22 años, un miembro del templo y de Sadhana. “Pero al final decidimos que esas son las personas a las que vamos a ayudar dando este paso”.

Manoj anunció la decisión del templo el 19 de marzo frente a un santuario repleto, una destellante colección de ídolos y una fotografía de su difunto gurú, Shree Prakash Gossai. “Que los mandirs, los templos, sean un lugar donde la gente pueda acudir a sentirse confortada, protegida y que perciba alguna sensación de valor dentro de su vida”, dijo.

Como el espacio del templo es pequeño y solo puede dar cabida a unos 150 fieles, no hay espacio para albergar físicamente a un inmigrante no autorizado, dijeron los miembros. Así que, por ahora, santuario significa servir como un espacio seguro y un centro de recursos para cualquier inmigrante no autorizado que busque asistencia.

El 30 de abril, los líderes del templo expresaron cierta frustración de que ningún otro templo haya aparecido en su reunión de acercamiento, a la que asistieron unas 20 personas. Seis oradores, incluido Ravi Ragbir, organizador de la Coalición de Nuevos Santuarios, estuvieron ahí para la ocasión.

“¿Cómo piensa que podamos hacer que otros templos salten al barco con nosotros y se tomen de las manos con nosotros?”, preguntó Ravina Jadubans, de 34 años de edad, la esposa de Pandit. “Porque estamos teniendo mucha dificultad para hacer que otros miembros de la comunidad participen. Nuestro mandir es pequeño ahora, pero estamos llenos de mucho amor. Hay templos que son enormes que no quieren dar el salto con nosotros”.

Ragbir dijo: “Tienen que responder el asunto del temor, porque lo primero que van a decir es: ‘Si me uno a esto, ¿mis miembros va a ser blanco de ataques? ¿Y tenemos una respuesta para eso?”

“No”, respondió ella.

“Sí”, dijo él. “En Nuevos Santuarios, la tenemos”.

“Y estamos juntos ahora”, dijo Sunita Viswanath, fundadora de Sadhana y moderadora de la reunión.

Sharon Otterman
© 2017 New York Times News Service