Una razón más por la que TRAPPIST-1 puede albergar vida alienígena

Más razones para concluir que hay vida. Científicos de la Universidad de Harvard opinan que los planetas del sistema TRAPPIST-1 están situados tan cerca los unos de los otros que las moléculas pueden ‘viajar’ entre ellos. Un dato que aumenta las posibilidades de abiogénesis en el sistema, es decir, la aparición de organismos vivos a partir de materia inerte.

En este sentido, los investigadores creen que si un meteorito golpea la superficie de uno de los planetas los escombros resultantes puedan volar hacia un cuerpo celeste cercano. Esto podría hacer la vida alienígena en el sistema planetario recién descubierto aún más probable de lo que se pensaba hasta ahora.

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Tres planetas en la zona de habitabilidad

Los tres planetas del sistema –’e’, ‘f’ y ‘g’– se encuentran en lo que en astronomía se conoce como ‘zona de habitabilidad’: es decir, tan alejados de la estrella central de que las temperaturas en ellos no superan los 100 grados Celsius, pero tampoco se llega a cero. Científicos creen que puede haber agua, elemento indispensable para el surgimiento de la vida.

“No sería una sorpresa econtrar las mismas formas de vida en los tres planetas habitables de TRAPPIST-1”, afirmó a la revista ‘New Scientist’ el coautor del estudio, Abraham Loeb de la Universidad de Harvard.

Los otros tres planetas de TRAPPIST-1 están demasiado cerca de la estrella y en su superficie no puede hallarse agua a causa de que las temperaturas son demasiado altas. Por su parte, el séptimo objeto del sistema está demasiado lejos del centro y es muy frío.

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Un sensacional descubrimiento

El pasado mes de febrero los científicos de la NASA descubrieron un nuevo sistema planetario más allá del Solar. Alrededor de la estrella enana fría TRAPPIST-1, ubicada en la constelación de Acuario –a 39 años luz de nuestro planeta–, orbitan siete planetas del tamaño de la Tierra que pueden contener agua.

La distancia entre los planetas del sistema TRAPPIST-1 es significamente menor que la que hay entre la Tierra y Marte. Según los científicos, ello facilita la transferencia de moléculas orgánicas desde un cuerpo celeste a otro, fenómeno conocido por la ciencia como panspermia.