Una sastrería de Brooklyn se transforma a través de su clientela LGBT

Es la historia de una metamorfosis: la de una sastrería para hombres de negocios que se convierte en una pujante empresa de corte y confección gracias a su clientela LGBT.

El artífice de esta transformación se llama Daniel Friedman, y es un estadounidense-canadiense de 37 años que no es ni gay ni transgénero, y al cual nada predisponía a trabajar en el mundo del corte y la confección si un saturnismo tardío -una enfermedad crónica producida por la intoxicación causada por sales de plomo- no lo hubiera obligado a renunciar a sus sueños de arquitecto.

- Publicidad-

En unos meses, este pequeño hombre lleno de energía quedó incapacitado para leer y escribir. Y como amaba los trajes y el diseño, decidió en 2011 abrir un atelier, Bindle & Keep: con medidas, patrones y ajustes hechos en Nueva York, fabricación en un pequeño taller cerca de Bangkok y como clientela, el mundo de Wall Street.

“Cuando hacía mi plan de negocios, pensaba que eran ellos los que necesitaban trajes: tenían dinero para eso y siempre estaban buscando uno nuevo”, recuerda.