La región lumbar es la más expuesta a las tensiones que suponen los movimientos bruscos del cuerpo o el levantamiento de objetos pesados que provocan dolores intensos, dificultando o imposibilitando cualquier movimiento de esa parte.
Al respecto, la doctora Ligia Bravo, jefa de Medicina en el trabajo de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social, (IMSS), explicó que la mayoría de los pacientes con dolor lumbar se recuperan en un lapso de 15 días, sin embargo; si el daño ocurre en los músculos, ligamentos o discos intervertebrales, es elevado y su curación puede ser más prolongada.
La lumbalgia, indicó, normalmente es resultado de otras enfermedades de naturaleza inflamatoria como la espondilitis, que es una artritis ubicada en la columna vertebral, la osteoartritis tuberculosa y la osteoporosis, padecimientos que afectan mayormente a adultos mayores debido a la fragilidad de sus huesos y su afectación de la cara articular de éstos.
Señaló que el dolor, la rigidez y la contractura en la zona lumbar, son los primeros síntomas de esta enfermedad que suelen manifestarse dentro de las 24 horas subsiguientes a una distensión o contractura de ligamentos; desgarramiento muscular, lesión por caída, golpe o aplastamiento.
Toda la zona afectada manifiesta dolor, molestia que puede incrementarse sustancialmente al realizar movimientos comunes y al toser, advirtió Bravo Cuesta y agregó que la lumbalgia suele confundirse con la ciática. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la primera se limita a la región lumbar, mientras que la segunda, se proyecta hacia los glúteos y piernas.
Dijo que el tratamiento varía de acuerdo a la causa. Por ejemplo, para dolores por movimientos extremos de la espalda, se recomienda reposo, aplicación de calor en el área afectada, ingesta de antiinflamatorios y analgésicos recetados por el médico familiar.
No obstante, lo más común para prevenirla, indicó, es mantener la espalda recta y en particular cuando exista la necesidad de levantar objetos, movimiento que debe canalizar el esfuerzo en los brazos, sin doblar el tronco y flexionando las rodillas.
Es importante evitar el ejercicio físico rudo. Existen ejercicios ideales como la natación, ciclismo y caminata para prevenir este tipo de lesiones; además de dormir en colchón duro, porque los blandos obligan a la espalda a curvarse de manera poco natural.