Como parte de un acuerdo histórico entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo rebelde hizo entrega esta semana de un segundo caché de armas a las Naciones Unidas para proseguir el desarme.
Lo que supuestamente era una demostración trascendental del progreso de Colombia hacia la paz fue casi estropeado por el clima.
El presidente Juan Manuel Santos y los comandantes de la guerrilla debían asistir al evento en el municipio rural de Buenos Aires, donde hace sólo dos años, los combatientes de las FARC emboscaron y mataron a 11 soldados del gobierno.
Pero el acontecimiento se reconfiguró apresuradamente cuando las espesas nubes pararon el helicóptero de Santos desde el aterrizaje, y en su lugar, dignatarios y rebeldes se reunieron en la ciudad de Cali, a unos 40 kilómetros de distancia.
Sin embargo, a pesar de los contratiempos logísticos, la ceremonia del jueves significa que el 40% del arsenal de las Farc ha sido desmantelado, marcando otro éxito en un proceso de paz que a veces tropezó.
“Hoy es un día histórico”, dijo Santos. “Lo que hemos visto … es algo que hace unos años el país no habría creído posible”.
El conflicto colombiano de 53 años dejó 260,000 muertos y casi 7 millones de desplazados, con atrocidades cometidas por todas las partes, incluidos los paramilitares alineados por el Estado. La mayoría de las víctimas fueron civiles.
Con información de The Guardian