El Papa Francisco instó a los gobiernos el viernes a cumplir sus compromisos para frenar el calentamiento global, advirtiendo que el cambio climático, el desarrollo insostenible y el consumo desenfrenado amenazan con convertir a la Tierra en una gran cantidad de “escombros, desiertos y basura”.
Francisco hizo el llamamiento en una conferencia del Vaticano que marca el tercer aniversario de su histórica encíclica ambiental “Alabado sea”. El documento, destinado a estimular la acción en la conferencia climática de París 2015, pidió un cambio de paradigma en la relación de la humanidad con la Madre Naturaleza.
En sus comentarios, el Papa instó a los gobiernos a cumplir sus compromisos en París y dijo que instituciones como el FMI y el Banco Mundial tenían un papel importante que desempeñar para fomentar las reformas que promueven el desarrollo sostenible.
“Existe un peligro real de que dejaremos a las generaciones futuras solo escombros, desiertos y basura”, advirtió.
El acuerdo de París, alcanzado por 195 países, busca evitar algunos de los peores efectos del cambio climático mediante la reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero a través de planes nacionales individuales y no vinculantes. El presidente Donald Trump ha dicho que Estados Unidos se retirará del acuerdo negociado por su predecesor a menos que pueda obtener un mejor trato.
La conferencia del viernes fue la última de una serie de iniciativas del Vaticano destinadas a impresionar el sentido de urgencia sobre el calentamiento global y la amenaza que representa en particular para las personas más pobres y marginadas del mundo.
Recientemente, Francisco invitó a ejecutivos e inversores petroleros al Vaticano para una conferencia a puertas cerradas donde los instó a encontrar alternativas a los combustibles fósiles. Advirtió que el cambio climático era un desafío de “proporciones de época”.
El próximo año, Francisco ha convocado un sínodo de tres semanas, o reunión de obispos, específicamente para abordar la respuesta de la iglesia a la crisis ecológica en el Amazonas, donde la deforestación amenaza lo que ha llamado el “pulmón” del planeta y los pueblos indígenas que vivir allí
El viernes, el Papa también agradeció a los grupos de ayuda que rescatan y cuidan a los inmigrantes y denunció la “hipocresía estéril” de aquellos que hacen la vista gorda a los pobres del mundo que buscan seguridad y una vida digna.
Con información de The Guardian