MARRUECOS.- La Selección de Argentina consiguió una apurada victoria de 1-0 sobre Marruecos en un partido poco amistoso, en el que el gran ausente fue Messi dentro de la segunda jornada de la Fecha FIFA.
Ángel Correa, delantero del Atlético de Madrid, puso la única luz a un partido antipático, por momentos violento, en donde lo más notorio fue la ausencia de Messi y que de amistoso no tenía nada.
El jugador rojiblanco, que reemplazó a Rodrigo de Paul a los 62 minutos, aprovechó la oportunidad. Demostró su calidad en uno de los pocos balones con garantías que tuvo la Albiceleste en el área local para marcharse de la defensa y sentenciar el choque con un disparo raso cuando parecía inevitable el empate final.
El partido, marcado en los prolegómenos por la polémica de la ausencia de Leo Messi, apenas pudo ofrecer nada en claro. De hecho ni existió. Conclusiones, por lo tanto, nulas. De amistoso tampoco se puede hablar.
El viento impidió buena parte de la vocación de crear fútbol. La otra se fue al traste por el cúmulo de encontronazos, patadas, discusiones, melé. Principalmente el primer tiempo, por todo ello, fue desesperante.
Pocas señales de fútbol había. Lautaro Martínez apenas pudo recibir balón alguno, Paulo Dybala, perjudicado su fútbol de seda sobremanera por el viento, apareció muy poco. Lo mejor para Argentina era la mejoría en defensa respecto a la derrota en Madrid contra Venezuela.
Con información Marca.es
