Los musulmanes buscan un cementerio y un pueblo se opone

DUDLEY, Massachusetts _ Cuando el doctor Amjad Bahnassi, un psiquiatra que vive en la ciudad de Worcester, en el centro de Massachusetts, quiere visitar la tumba de su hijo, fortalece el ánimo para hacer el recorrido hasta el camposanto musulmán en Enfield, Connecticut, a unos 96 kilómetros de distancia. Ese es el más cercano dedicado exclusivamente a entierros islámicos y, dijo, se está llenando.

Bahnassi, el presidente del consejo de la Sociedad Islámica del Greater Worcester, sabía que los musulmanes de la zona necesitaban un sitio más cercano donde enterrar a sus muertos. La organización pensó que había encontrado uno en la zona rural de Dudley, a una media hora en coche: una franja de más de 20 hectáreas, después de un puesto de elotes y unos estanques de un azul profundo, donde hay terrenos agrícolas y humedales ocultos de la carretera por árboles y matorrales enzarzados.

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Sin embargo, la propuesta de la organización para construir un cementerio allí, se convirtió en un pararrayos en este pueblito. Se denunció en reuniones y, finalmente, la rechazó el consejo de apelaciones de la zonificación, lo cual generó que el fiscal general de Massachusetts levantara cargos de prejuicios e iniciara una investigación a las acciones del ayuntamiento sobre los derechos civiles, misma que anunció el 18 de agosto.

“He estado aquí desde 1983”, dijo hace poco Bahnassi, de 56 años, un inmigrante sirio y ciudadano estadounidense, parado en el terreno. “¿Acaso no merezco morir aquí?”.

Los funcionarios insisten en que los han descrito injustamente como prejuiciados en contra de los musulmanes y dicen que la Sociedad no tenía que andar buscando un permiso para un cementerio debido a una disposición por la cual el ayuntamiento tiene el derecho de preferencia sobre la franja que le pertenece a Annabelle Moninski, una propietaria particular.

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“Estamos en Estados Unidos”, dijo el concejal Paul Joseph, en una reunión en agosto. “Quien quiera que quiera hacer una acusación puede hacerlo y eso es lo que ha pasado sistemáticamente en esta situación”.

A medida que aumenta el número de musulmanes estadounidenses y los musulmanes inmigrantes envejecen, las organizaciones han buscado construir sus propios cementerios, que, a menudo, son menos caros que las otras instalaciones y están familiarizados con las tradiciones musulmanes que incluyen los entierros rápidos, que los cadáveres vean hacia la Meca y sin ataúdes, cuando se permite localmente.

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Sin embargo, desde Minnesota hasta Texas _ e, incluso recientemente, en Georgia _ tales propuestas se han topado con una gran oposición, similar a las disputas por las mezquitas o las escuelas nuevas, lo que plantea el espectro de la exclusión hasta para los muertos.

En Covington, Georgia, cientos de personas atestaron una audiencia pública sobre la construcción de una mezquita y un cementerio en 54 hectáreas, realizada en agosto. De acuerdo con la afiliada local a la NBC, los habitantes expresaron sus inquietudes sobre “los bombazos y las decapitaciones”, así como de cómo “trazar la línea entre los musulmanes inocentes y los musulmanes radicales”.

Otras escenas tensas se dieron en el 2014, en Murfreesboro, Tennessee _ aunque un juez rechazó las objeciones al cementerio allí _ y en el verano, en Farmersville, Texas, donde un proyecto de cementerio está avanzando a pesar de una enojada reunión en la que, según artículos periodísticos, una mujer dijo: “El pueblo no confía en los musulmanes”.

En un informe sobre la discriminación religiosa que publicó el Departamento de Justicia de Estados Unidos en julio, se mencionan inquietudes de que los feligreses “enfrentan a menudo barreras ilegales para la zonificación y el proceso de construcción”. En enero, un juez de Minnesota encontró que el rechazo de la municipalidad de Castle Rock a una propuesta de un cementerio musulmán era “arbitraria y caprichosa”.

En julio, el Departamento de justicia presentó una demanda en contra de la municipalidad de Bensalem, en Pensilvania, porque los funcionarios habían violado la Ley de uso religioso de tierras y personas institucionalizadas, por la cual se prohíbe la discriminación en contra de organizaciones religiosas en la zonificación, cuando se niega la aprobación de la misma para una mezquita propuesta. El mismo mes, el departamento dio a conocer un informe sobre esa ley en el que dice: “Existe una discriminación particularmente grave que enfrentan los musulmanes en el uso del suelo”.

Carmen Ortiz, la fiscal federal en esta localidad, está analizando para ver si Dudley violó la misma ley al colocar “barreras inadmisibles para solicitar un permiso de uso condicional para establecer un cementerio islámico en el pueblo, el cual, al final, les negaron”, según una declaración.

Después de que la Sociedad Islámica presentó la solicitud para un permiso en enero, los habitantes expresaron inquietudes sobre el tránsito, el ruido y el efecto que los cadáveres enterrados tendrían en los pozos o en los humedales cercanos.

“¿Quieren un cementerio musulmán?”, dijo un habitante en una reunión en febrero, según WBUR, una estación de la radio pública de Boston. “Muy bien. Póngalo en su patio trasero. No en el mío”.

La Sociedad Islámica, que opera una de las dos mezquitas en Worcester, dice que el cementerio de Dudley les facilitaría grandemente a los musulmanes del centro de Massachusetts enterrar y visitar a sus muertos, y que la organización planea utilizar solo dos de las cinco hectáreas de la franja como camposanto.

La organización dice que lo más probable es que enterraran a 10 o 15 personas al año (aunque en una estimación temprana se mencionaron 16,000 lotes) y ha estado de acuerdo en sujetarse a las regulaciones aplicables sobre los entierros y ajustarse a algunas de las inquietudes del pueblo, como es solo usar una parte reducida del terreno para el cementerio.

Sin embargo, en una reunión en junio, la junta de zonificación se negó a otorgar el permiso a la organización porque dijo que el ayuntamiento tiene el derecho de preferencia sobre el terreno, que alguna vez se usó para la agricultura y que no se había seguido el procedimiento adecuado para la venta.

La Sociedad Islámica presentó una demanda en contra del ayuntamiento en el tribunal agrario para objetar el argumento y aseverar que, para empezar, no necesitaba el permiso. Jason Talerman, el abogado de la organización, ha dicho que considerará presentar una demanda de derechos civiles.

“Todas las demás razones para negarlo son maniobras de distracción”, dijo Talerman en una entrevista. “Las verdaderas razones son que mis clientes son musulmanes y se trata de un cementerio islámico”.

John Davis, un abogado del ayuntamiento, dijo que la investigación de la fiscalía federal no encontraría ninguna evidencia de prejuicio.

Los abogados de la Sociedad Islámica y de la junta de concejales del municipio han estado negociando en sesiones a puerta cerrada, y ambas partes declinaron comentar sobre los detalles de las conversaciones. En reuniones recientes, los concejales han diferido la acción sobre la cuestión de comprar el terreno por el precio de 287,000 en el que se ofreció, lo cual requeriría de la aprobación del electorado, y es algo que debe resolverse para finales de octubre.

La Sociedad Islámica, tras su propia autocrítica, planea continuar luchando.

“Hay discusión en nuestra comunidad: ¿debemos o no hacer esto?”, comentó Bahnassi. “La mayoría llegamos a la conclusión de que tenemos que hacerlo. Tenemos que hacerlo por nuestra existencia, por nuestro futuro, por nuestros hijos”.

Jess Bidgood
© 2016 New York Times News Service