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Intento de secuestro coincide con llegada de la alcaldesa al cuartel

TIJUANA, Baja California.- Un intento de secuestro terminó en un tiroteo la noche del miércoles, justo cuando la comitiva de la presidenta municipal de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, ingresaba a las instalaciones del cuartel militar tras su tercer y último Informe de Gobierno. Aunque inicialmente se temió un atentado contra la alcaldesa, las autoridades confirmaron que ella no fue el objetivo del ataque.

El incidente ocurrió alrededor de las 20:00 horas en la avenida Cuauhtémoc Sur, colonia Aguaje de la Tuna, en la delegación San Antonio de los Buenos. Un grupo de delincuentes secuestró a un civil que había sido citado cerca de la tienda Walmart del Pacífico para mostrar un vehículo que pretendía vender. Bajo engaños, la víctima fue obligada a subir a un taxi Metropolitano de color blanco con negro, identificado con el número 04541 y placas A-136-ADG, que cubre la ruta Rosarito-Tijuana-Tecate.

El plan de los secuestradores era extorsionar a la víctima. Sin embargo, durante el trayecto, el individuo forcejeó e intentó escapar, lo que provocó que uno de los delincuentes le disparara. El tiroteo se produjo cerca del cuartel militar, lo que atrajo la atención de los escoltas de la alcaldesa, quienes estaban en las inmediaciones. Estos respondieron de inmediato, solicitando una ambulancia y persiguiendo a los responsables del ataque.

La alcaldesa Montserrat Caballero, quien ya había ingresado al cuartel en el momento de los disparos, confirmó en declaraciones a la Agencia Fronteriza de Noticias que sus escoltas asistieron al herido mientras otros se unieron a la persecución de los sospechosos. El secretario de Seguridad Pública, Fernando Sánchez González, también participó en el operativo.

El herido fue trasladado a un hospital y las autoridades lograron detener a varios sospechosos. Además, se decomisó una pistola marca  Browning color negra, calibre .380 con un cargador abastecido con 2 cartuchos útiles.

Este incidente pone de relieve la creciente violencia en la región y la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad, incluso en áreas cercanas a instalaciones militares.