Un segundo hecho de sangre ha llevado al cierre de la maquiladora Prime Wheel, y con ello, las actividades de más de 5 mil trabajadores de esta industria quedan paralizadas.
Ya desde la desaparición de Servando Salazar Cano, y la posterior confirmación de su muerte, los ojos de la atención pública estuvieron centrados en esta planta, gracias a la insistencia de su esposa, Wendy Bravo, por esclarecer las causas por las que su marido perdió la vida.
Ahora un trabajador muere prensado por una máquina, en lo que al parecer se trata de un mero accidente, pero en el contexto del caso de Servando Salazar, nadie podrá meter las manos al fuego por los hechos registrados al interior de esta industria.
Curiosamente, las primeras versiones que circularon en redes sociales sobre la desaparición de Salazar Cano, apuntaban a que había perdido la vida precisamente prensado por una máquina, en lo que al parecer era un intento -posiblemente lanzado por los mismos autores de su muerte- de desviar la atención de un homicidio perpetrado por quienes no querían que el fallecido ingeniero los denunciara por el robo ilegal de materiales como el aluminio.
Aquí también debe llamar la atención de las autoridades correspondientes la falta de control sobre las recicladoras que reciben indiscriminadamente metales cuya procedencia es a todas luces ilegal.
No es posible que las mismas personas vendan una y otra vez los mismos materiales, ya sean cobre, bronce o aluminio, que baterías de vehículos que roban en menos de un minuto.
Hoy que el gobierno del estado actúa a través de la Secretaría del Trabajo para clausurar esta planta, está obligado a cerrar la pinza sometiendo a estrictos controles a las plantas recicladoras cuyo comercio ilegal, ya cobró indirectamente la vida de Servando Salazar.