CULIACÁN, Sinaloa.- Marco Daniel Íñiguez Arce, agente de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Baja California comisionado en San Quintín, fue hallado sin vida en Culiacán, Sinaloa, en medio de la violenta pugna entre facciones del Cártel de Sinaloa tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada.
Hallazgo de los cuerpos
El pasado 6 de noviembre, las autoridades localizaron los cuerpos de dos hombres en un camino de terracería cercano al campo agrícola Florencia, en la sindicatura de Costa Rica, al sur de Culiacán. Ambas víctimas presentaban señales de tortura, estaban maniatadas, con cinta adhesiva en la boca y múltiples impactos de bala.
Tres días después, una familiar de Íñiguez Arce reportó su desaparición en San Quintín, Baja California, mencionando que no tenía noticias del agente desde hacía un mes. Ese mismo día, la Fiscalía de Sinaloa confirmó que uno de los cuerpos encontrados era el de Íñiguez Arce, quien habría estado en Culiacán tras solicitar un permiso de seis meses sin goce de sueldo en la FGE.
Pasado polémico y vínculos con el crimen
El historial de Íñiguez Arce incluye antecedentes cuestionables dentro de las corporaciones policiales donde trabajó. En Baja California fue suspendido por un año tras ser sorprendido consumiendo bebidas alcohólicas en horario laboral con su arma de cargo. Además, en Michoacán, donde también fungió como agente ministerial, fue detenido en posesión de cocaína.
Fuentes no oficiales apuntan a que Íñiguez Arce habría presumido sus vínculos con una facción del Cártel de Sinaloa, alardeando en reuniones sociales y financiando corridos que relataban supuestas acciones relacionadas con el crimen organizado.
Sin pronunciamiento oficial
A pesar de que ya transcurrió más de un mes desde la identificación del cuerpo, la Fiscalía General de Baja California no ha emitido ningún comunicado sobre el caso. El asesinato del agente subraya las complejidades de las pugnas internas del narcotráfico y la presunta colusión de algunos elementos de seguridad con actividades ilícitas.
